Un laboratorio público brasileño desarrolló la primera vacuna en el mundo contra la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria que afecta a cerca de 200 millones de personas principalmente en países pobres, informaron hoy fuentes oficiales.
La vacuna fue desarrollada por investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), un centro de estudios médicos vinculado al Ministerio de Salud, informaron fuentes de la estatal en una rueda de prensa en Río de Janeiro.
Las pruebas clínicas con humanos de la vacuna demostraron su seguridad y su eficacia, según la Fiocruz. Los test fueron realizados en veinte voluntarios, que quedaron inmunes al contagio de la enfermedad, y confirmaron la potencialidad del medicamento, cuya eficacia ya había sido probada con animales y en laboratorio.
La esquistosomiasis, que era conocida antes como bilharziosis, es una enfermedad parasitaria provocada por gusanos platelmintos del género Schistosoma.
Es una enfermedad común en países pobres, principalmente de África, Centroamérica y Suramérica, y, pese a que su tasa de mortalidad es baja, las fiebres que provoca dejan temporalmente incapacitado a su portador.
“La vacuna indujo una excelente respuesta inmunológica, que es lo que queremos en los individuos vacunados“, afirmó la investigadora Miriam Tendler, jefe del Laboratorio de Esquistosomiasis de la Fiocruz.
La especialista agregó que las pruebas también mostraron que el producto es seguro, “lo que es el principal atributo de una vacuna”.”Tan sólo a partir de la confirmación de la seguridad es posible hacer pruebas a larga escala y con diferentes poblaciones.
Estos nuevos testes serán hechos en Brasil y en países de África”, aseguró. La previsión es que, si las nuevas pruebas son exitosas, la vacuna pueda ser producida en unos cinco años.
La esquistosomiasis es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la segunda enfermedad parasitaria más devastadora en el mundo, sólo superada por la malaria.
“Se trata de una enfermedad de países pobres asociada a la miseria y a las malas condiciones sanitarias” porque el parásito está presente en aguas contaminadas por heces humanas, según Tendler.
Los investigadores de la Fiocruz comenzaron los trabajos para desarrollar la vacuna en 1975 y necesitaron una década para identificar un principio activo con efecto sobre el parásito.
Brasil depositó en la década del 90 la primera patente sobre sus avances en la vacuna, que tiene como principio activo el antígeno Sm14, una proteína que permite el transporte de lípidos entre el organismo del hospedero y el gusano.
Las personas inmunizadas producen anticuerpos que actúan sobre esta proteína e impiden que el parásito obtenga energía.