Próximas a quedar fuera del mercado por su potencial toxicidad, las mamaderas de policarbonato causan alarma y confusión
Aunque estaba previsto que la venta de mamaderas de policarbonato quedara prohibida en el país ya en abril pasado, las decisión de las autoridades sanitarias de postergar la medida hasta septiembre generó no sólo alarma sino una gran confusión. Y es que mientras estas mamaderas potencialmente tóxicas continúan a la venta, muchas mamás no saben cómo diferenciarlas de aquellas que no implican riesgos para sus bebés y en qué forma deben manejarse para evitarlo.
La preocupación surge de que el policarbonato con que están hechas algunas mamaderas contiene Bisfenol A, una sustancia que al calentarse puede liberar pequeñas cantidades de partículas tóxicas. Y si bien éstas no suponen un riesgo para los adultos, ya que su organismo está preparado para eliminarlas, no así para los niños menores de seis meses, que estarían expuestos a una eventual intoxicación.
De ahí que aún cuando algunos organismos reguladores como la European Food Safety Authority sostienen que la ingesta de Bisfenol A por el uso de mamaderas no supera el máximo tolerable, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) resolvió seguir el camino de Francia y Dinamarca y prohibir la venta e importación de mamaderas fabricadas con policarbonato en nuestro país.
El hecho es que esa medida, que iba a hacerse efectiva en abril último, fue postergada por 180 días a fin de que las empresas que las fabrican adecúen sus procesos de producción. Mientras tanto las mamaderas cuestionadas (las de policarbonato) continúan vendiéndose a la par de las aconsejadas (las polipropileno) y no siempre resulta fácil diferenciar unas de otras.
PARA EVITAR RIESGOS
Para reconocer a las mamaderas de policarbonato conviene en principio revisar su envase ya que según dispuso la AMMAT éstas deben llevar un rótulo fácilmente identificable hasta tanto se haga efectiva la prohibición de venta y se las retire del mercado. En esa etiqueta debe decir: “Atención: No caliente alimentos dentro de este biberón. Deje entibiar los alimentos calientes previo a su llenado. Reemplace este biberón cuando presente desgaste (rayones, grietas, pérdida de color)”.
El problema es que un alto porcentaje de las mamaderas de policarbonato que se encuentran actualmente en el mercado fueron fabricadas antes de la disposición oficial, por lo cual no presentan rótulos identificatorios que permitan reconocerlas. Frente a esta dificultad, algunos pediatras recomiendan asegurarse de comprar sólo las de polipropileno.
Identificadas con el logo de una doble “PP” o bien con la indicación “libres de BPA (Bisfenol A)”, las mamaderas de polipropileno son en general más caras: su costo suele ser dos o tres veces mayor a las de policarbonato.
Lo cierto es que no hace falta comprar una mamadera nueva para quedarse tranquilo. El riesgo potencial que suponen las de policarbonato se puede evitar también tomando cierto recaudos al utilizarlas.
Dado que hace falta que el policarbonato se caliente para que libere partículas tóxicas, una forma de evitar ese riesgo pasa “por no colocar en ellas leche muy caliente para dejarla enfriar, sino sólo leche a la temperatura adecuada para el bebé”, explica la licenciada Amelia Guerrero, responsable del área de Alimentación y Dietoterapia del Hospital Noel Sbarra de nuestra ciudad.
No menos importante es “evitar hervir estas mamaderas para esterilizarlas”, señala la nutricionista. En lugar de ello, “hay que ocuparse de lavarlas bien con una escobilla fijándose de que no queden restos de leche en el interior de la tetina y la rosca, ya que son un caldo de cultivo ideal para las bacterias”.
El Día 28-06-12