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La nueva esperanza en la lucha contra el cáncer: medicamentos biológicos

En el congreso oncológico más importante del mundo aseguraron que el tratamiento prolonga la vida y es más llevadero. Infobae América dialogó con uno de los asistentes.

En 2030 habrá un 75 por ciento más de casos de cáncer que en la actualidad. Entre los países pobres, las cosas serán aún peores, ya que la cifra subirá hasta el 93 por ciento. Mientras que en 2008 murieron 7.6 millones de personas en todo el mundo por esta enfermedad, en 2030 serán 13.2 millones.

 Esos son algunos de los números que se arrojaron en el encuentro que, entre oncólogos, investigadores y representantes de laboratorios, reunió a 30 mil personas de todo el mundo en Chicago, Estados Unidos, a principios de junio de 2012.

 Las muertes. Comparación entre países ricos y pobres

 “El cáncer uno lo puede curar tomándolo en su momento oportuno, que es antes que dé sintomatología. Todos los nuevos tratamientos, que son muy buenos, dan mayor calidad de vida y la prolongan”, aseguró el doctor Mario Bruno, profesor titular de la Cátedra de Oncología de la Asociación Médica Argentina, y participante del congreso de ASCO (Sociedad Americana de Oncología Clínica), consultado por Infobae América.

 Los nuevos procedimientos no evitan que los pacientes se mueran, por eso, al aumentar el número de enfermos también sube la cantidad de fallecimientos, como lo muestran las estadísticas. Pero sí permiten retrasar considerablemente la muerte y reducir el sufrimiento. Además, mientras décadas atrás se renunciaba a tratar a pacientes de más de 70 años, ahora se intenta curar, y con bastante éxito, a enfermos que superan los 80 años.

 En lo que difícilmente pueda avanzar la ciencia es en la corrección de la desigualdad entre los países.

 “En Noruega la gente se hace por rutina un papanicolau desde la primera relación sexual. En países como Argentina se muere gran cantidad de mujeres jóvenes porque nunca se hicieron un papanicolau ni una colposcopía, que son baratos y sencillos. En los países subdesarrollados la falta de educación hace que el cáncer se detecte en fases más avanzadas“, explicó Bruno.

 Los tratamientos biológicos

 La mayor novedad del congreso fue el desarrollo de medicamentos que, si bien todavía están a prueba, muestran resultados prometedores.

 “La apertura del conocimiento del genoma humano -contó Bruno- permitió enfocar el cáncer bajo otro aspecto, los nuevos blancos terapéuticos o tratamientos biológicos. Estamos viviendo un momento revolucionario de la oncología. En un tiempo, la mayor parte de los tratamientos van a ser esos”.

 “Años atrás, cuando la enfermedad hacía una metástasis, es decir, pasaba del órgano de origen a otro, ya era prácticamente incurable. Ahora, con los nuevos tratamientos biológicos, combinados con los mejores métodos quirúrgicos, se puede reducir el cáncer con cirugía laparoscópica, que es mínimamente invasiva”, agregó.

 Por ahora se utilizan en conjunto con la quimioterapia, pero también se probó la combinación de dos tratamientos biológicos solos. “Me parece que en diez años o un poco más van a terminar suplantándola”, afirmó Bruno.

 Las novedades para los distintos tipos de cáncer

 Hay 273 variedades de esta enfermedad. Entre ellas, sólo cuatro reúnen al 70 por ciento de los casos: los cánceres de próstata, mamas, pulmón y colon. Todos tienen causas vinculadas a las formas de vida en el mundo contemporáneo.

 Cáncer de próstata

 “Está relacionado con la acción de la progesterona, la hormona masculina. La simple prolongación de la vida en el hombre aumenta el riesgo de sufrirlo“, explicó Bruno. 

 Johnson & Johnson desarrolló Zytiga, una droga que retarda el desarrollo del dolor y el deterioro provocado por la enfermedad en el 60 por ciento de los hombres que no responden a las terapias hormonales, y que ya no pueden ser tratados con quimioterapia.

 Puede eliminar todo o gran parte del tumor en los primeros momentos de su desarrollo y eleva la tasa de supervivencia en un 33 por ciento.

 Cáncer de mamas

 “Está relacionado con la hormona de la mujer, los estrógenos. Cuanto más tiempo la mama está expuesta a su acción, mayor es la posibilidad de que aparezca cáncer. Pero durante los embarazos y el amamantamiento no hay estrógenos. El problema es que ahora la mujer no tiene hijos tan joven como antes, y si llega a tener, es uno solo y a los 30 o 35 años”, contó el oncólogo. Así se ve cómo un cambio en las pautas culturales puede potenciar el avance del cáncer.

 Durante el congreso se difundieron los avances de una droga experimental llamada T-DM1, realizada por la firma Genentech. Es un tratamiento menos tóxico y más eficaz que sus equivalentes. La terapia combina toxinas con anticuerpos.

 En un estudio del que participaron 991 mujeres con metástasis, cuyo estado empeoraba a pesar de la quimioterapia, a una mitad se le suministró T-DM1 y a la otra se la trató con drogas comunes. El nuevo medicamento retrasó tres meses el empeoramiento de la enfermedad. En promedio, las que lo tomaron tardaron 9.6 meses en morir, contra los 6.4 meses de las otras. Pasado un año, el 84.7 por ciento de las que recibieron la nueva terapia seguían con vida, frente al 77 por ciento del otro grupo.

 “Además, se volvió a recalcar la importancia de la mamografía, porque permite detectar los cánceres que se generan en los conductos de la mama en una etapa en la que son totalmente curables”, agregó Bruno.

 Cáncer de pulmón

 Representa la primera causa de mortalidad por cáncer y es uno de los más difíciles de tratar, según el Inserm (Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia).

 “El tabaco -afirmó el médico argentino- tiene una íntima relación con el cáncer de pulmón. Ahora en los países del primer mundo está bajando el consumo, pero en los subdesarrollados, no. Como los efectos cancerígenos aparecen 20 o 30 años después, todavía en los países pobres vamos a sufrir mayor proporción de cáncer de pulmón en las mujeres, que empezaron a fumar más tarde, pero lo hacen en mayor cantidad”.

 Y agregó: “un cáncer de pulmón no tiene una sola alteración genética, sino que puede tener hasta doce”. Sobre alguna de esas alteraciones actúa Afatinib, medicamento experimental del laboratorio farmacéutico Boehringer Ingelheim, que prolonga la posibilidad de sobrevida de los pacientes 4.2 meses

 Cáncer de colon

 “Está íntimamente relacionado con las cosas que se comen. Los productos que se compran en el supermercado y que tienen conservantes, como nitritos y nitratos, son cancerígenos”, precisó Bruno.

 También en este caso se anunciaron los avances que permiten los tratamientos biológicos, que son efectivos bajo ciertas condiciones. “Se puede saber si el medicamento va a funcionar antes de comenzar con su uso. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon hay un gen que se llama KRAS. Si ese gen está alterado, el medicamento no servirá, pero si no lo está, lo bloquea y la enfermedad se frena”.

 Efectos secundarios

 Una de las limitaciones que los remedios oncológicos todavía no logran superar es que, al ser tratamientos bastante extremos, tienen secuelas.

 “Lo más común es que aparezcan rash cutáneos y toxicidades dérmicas. Pero hay efectos más graves. Los tumores, cuando hacen metástasis, segregan una sustancia que forma vasos sanguíneos. Esto se llama antiogénesis. Hay medicamentos que son anti-antiogénesis, es decir, que impiden la formación de vasos. Pero, por ejemplo, si uno se opera, es necesario que aparezcan los vasos sanguíneos. Entonces, como efectos secundarios, estos remedios pueden traer cuadros de hemorragia, de perforación intestinal y ante una operación de urgencia abren todos los tejidos. Son remedios que no tienen toxicidades tan serias como la quimioterapia, pero que hay que controlarlos”, relató el oncólogo.

 Es alentador cómo la ciencia desarrolla medicamentos cada vez más efectivos contra el cáncer, y así aumenta el tiempo y la calidad de vida. Pero es importante no perder de vista dos fenómenos que no son médicos, pero que tienen efectos directos sobre la medicina.

 Por un lado, estos tratamientos son muy costosos, así que para que toda la población se beneficie, es necesaria una actitud proactiva del Estado para garantizar su acceso. Por otro, como señaló Bruno repetidamente, gran parte del avance del cáncer se relaciona con la forma de vivir en la actualidad. Además de ser creativos para diseñar nuevos tratamientos, no estaría mal ingeniárselas para desarrollar estilos de vida más equilibrados y saludables.

Infobae 19-06-12

Se inauguró una planta que produce anticuerpos para combatir el cáncer

Funciona en la localidad bonaerense de Munro, y es la primera en América del Sur que producirá este tipo de medicamento biotecnológico para tratar enfermedades autoinmunes. Estiman que para 2013 podrán exportarlo.

Un gran salto para la ciencia argentina”, así se refirió Mauricio Seigelchifeir, experto en biotecnología a la planta de anticuerpos monoclonales, inaugurada ayer en Munro, provincia de Buenos Aires. La planta de 1400 metros cuadrados es la primera en América del Sur que producirá este tipo de medicamento biotecnológico para tratar enfermedades autoinmunes y algunos tipos de cáncer. Estiman que a mediados de julio de 2013, la Argentina contará con anticuerpos monoclonales 100% nacionales, y uno de los objetivos a largo plazo es exportarlos.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner participó del acto desde Catamarca por videoconferencia. Además, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y Tecnología Lino Barañao, el titular de la cartera sanitaria nacional, Juan Manzur; y de la ministra de Industria, Débora Giorgi, recorrieron la planta junto a los científicos. “Esta primera planta es la punta de lanza de un proyecto científico tecnológico a partir del descubrimiento que le valió a Milstein obtener el Premio Nobel de Medicina”, recordó la presidenta.
La edificación contó con un aporte de $ 2,3 millones, parte un subsidio de más de $ 20 millones, otorgados por el Ministerio de Ciencia, para el desarrollo de la plataforma biotecnológica. Se logró gracias a un consorcio público- privado integrado por el laboratorio PharmADN, instituciones públicas de primer nivel como el Instituto Roffo, de la Universidad de Buenos Aires, el laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad Nacional de Quilmes, y el Centro de Biotecnología del INTI. Este consorcio recibió el apoyo del Fondo Sectorial de Biotecnología del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación en 2011.
Los anticuerpos monoclonales forman parte de lo que se denomina terapia dirigida, ya que dependiendo su programación, se unen a un antígeno concreto; como un virus, o una proteína típica de una célula tumoral. En la nueva planta se trabajarán cinco líneas celulares, es decir, se producirán cinco tipos de anticuerpos para tratar cinco enfermedades como: la leucemia linfoide crónica, el cáncer de colon, el cáncer de mama, cáncer de pulmón, y artritis reumatoidea. Se seleccionarán los anticuerpos dependiendo la enfermedad que se quiera atacar.
En la Argentina, existen 20 mil nuevos casos de cáncer de mama, de los cuales un 25% (5000 casos) podría ser tratables con este tipo de anticuerpos. En el caso del linfoma, patología para la que se calculan unos 2000 casos nuevos por año, en el 100% de los casos serían tratables con este tipo de anticuerpos, y del mismo modo la artritis reumatoidea.
“La producción nacional abaratará costos y facilitará el acceso de la población a este tipo de terapias”, destacó Mauricio Seigelchifeir, director de investigación y desarrollo de PharmADN, y agregó que también “ayudará a la contratación de científicos locales y a la repatriación de quienes trabajan en el exterior”. Por su parte, Esteban Corley, director de desarrollo de negocios, de PharmADN destacó que otros objetivos son “contar con la producción nacional para consumo interno, servir a la comunidad, y de seguro el día de mañana también podremos exportarlos”.
Desde hace 15 años los tratamientos con anticuerpos monoclonales son utilizados en el país, pero siempre fueron importados, lo que implica un gran gasto para el estado y sistemas de seguridad social del orden de los 250 millones de dólares anuales. Se estima que con el inicio de la producción nacional, pautado en 15 días, el precio de los tratamientos disminuirá un 30%, y en cinco años, hasta un 50%.
En la actualidad, una dosis puede costar 20 mil pesos y un tratamiento completo 50 mil dólares. Estos gastos son asumidos por el estado, y en algún porcentaje por obras sociales y prepagas. Los especialistas prevén una primera tanda de seis lotes de 2000 dosis cada uno. “El año que viene ya podremos pensar en 30 a 40 lotes anuales de 15 y 20 kilos”, aseguró Seigelchifeir.
Cada una de las etapas de producción serán auditadas por la Anmat que tendrá acceso a todos los protocolos y resultados. “La calidad del medicamento será la misma que la del importado”, aseguró Analía Pesce, directora de calidad y asuntos regulatorios. “La garantía de calidad es respaldada por el equipamiento de última tecnología, para la producción y los profesionales”.

Una terapia “dirigida”
Cuando nuestro cuerpo es invadido por un virus o una bacteria, el sistema inmune comienza a producir anticuerpos para defenderse, pero lo hacen de forma no específica. En un comienzo se producían anticuerpos en laboratorio inmunizando a un ratón y tomando los linfocitos B (células que generan anticuerpos). Sin embargo, el objetivo del científico argentino César Milstein y su equipo era fabricar anticuerpos de forma artificial y constante, y que resultaran específicos al antígeno que debían atacar.
Un anticuerpo monoclonal es producido por un clon de células derivado de una célula híbrida. Para lograrlo, fusionaron una célula productora de anticuerpos (obtenida de ratón) con una de origen tumoral que, a diferencia de las primeras, pueden crecer y reproducirse fuera del organismo. Como resultado de la investigación surgieron los hibridomas, células capaces de generar anticuerpos monoclonales, idénticos y específicos para un antígeno, y a su vez, de crecer indefinidamente en un tubo de ensayo.
El primer uso en terapia humana fue en 1982 para el tratamiento de un linfoma. Sin embargo, el uso de monoclonales de origen de roedor (murino) no era del todo eficaz. En 1984 se humanizaron a través de ingeniería genética.
Una terapia con anticuerpos monoclonales también se llama “terapia dirigida” porque se dirige a un solo objetivo en la célula cancerosa.
El anticuerpo monoclonal se une al objetivo en la célula y, al hacerlo, bloquea o interfiere con la actividad de la célula cancerosa. “Los anticuerpos monoclonales actúan destruyendo el tumor o las señales emitidas por las células tumorales y de esta forma evitan que el tumor se vascularice, es decir que continúe alimentándose”, explicó la doctora Analía Pesce de PharmADN. Existen tratamientos que inhiben el crecimiento del tumor como la quimioterapia. Estos afectan a todas las células, sin diferenciación.
La nueva planta posee diferentes áreas separadas por compuertas coordinadas por un sistema electrónico. Esto impide el contacto entre materiales de áreas diferentes. “Permite que la seguridad, higiene y control sean permanentes”, aseguró Analía Pesce, directora de calidad y asuntos regulatorios. La producción se divide en tres etapas. Comienza con la transferencia de células desde un sistema de criogenia a un medio nutritivo líquido (células de mamífero), donde se multiplican. Se obtienen de líneas celulares a partir de células de ovario de hámster chino. Luego se realiza el cultivo celular en un biorreactor que permite obtener la multiplicación celular a escala industrial, necesaria para la producción de monoclonales. Por último, los anticuerpos resultantes son purificados mediante técnicas cromatográficas y de ultrafiltración hasta obtener un producto puro, apto para uso medicinal.

 

Tiempo Argentino  05-06-12