Causas y riesgos del uso irracional de los medicamentos

pastillasSe estima que más del 50% de los fármacos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y que la mitad de los pacientes no los toman correctamente. La automedicación es una de las aristas de este problema en crecimiento. Más de la mitad de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este uso incorrecto puede adoptar la forma de una utilización excesiva, insuficiente o indebida de medicamentos de venta con o sin receta.

Como contrapartida, la entidad sanitaria mundial precisa que “por uso racional de los medicamentos se entiende su uso correcto y apropiado” y que para ello “el paciente tiene que recibir el medicamento adecuado y la dosis debida, durante un período de tiempo suficiente, al menor costo para él y para la comunidad”.
Entre los problemas que suelen contribuir a una utilización indebida de los medicamentos, la OMS menciona la polifarmacia (consumo de demasiados medicamentos); el uso excesivo de antibióticos e inyecciones; la prescripción no ajustada a las directrices clínicas; y la automedicación inapropiada.
Además, apunta que el uso incorrecto de los medicamentos es nocivo para los pacientes y constituye un desperdicio de recursos. Entre sus consecuencias, la OMS menciona: La resistencia a los antimicrobianos: el uso excesivo de antibióticos aumenta la resistencia a los antimicrobianos y el número de medicamento que dejan de ser eficaces para combatir las enfermedades infecciosas.
Muchos procedimientos quirúrgicos y los tratamientos antineoplásicos no son posibles sin antibióticos para luchar contra las infecciones. La resistencia prolonga las enfermedades y las estancias hospitalarias, y puede llegar a causar la muerte.
Las reacciones adversas a los medicamentos y los errores de medicación: las reacciones adversas a los medicamentos originadas por su uso erróneo o por reacciones alérgicas pueden ser causa de enfermedad, sufrimiento y muerte.
El uso ineficaz de recursos: un 10 a 40% de los presupuestos sanitarios nacionales se gasta en medicamentos. La compra de medicamentos directamente por el usuario puede causar graves dificultades económicas a los pacientes y a sus familias.
LAS CAUSAS
Según sostiene la OMS, los factores que contribuyen al uso incorrecto de los medicamentos incluyen:
* La falta de conocimientos teóricos y prácticos: las dudas sobre el diagnóstico, la falta de conocimientos de los prescriptores sobre los enfoques diagnósticos óptimos, la inexistencia de información independiente, como pueden ser las directrices clínicas, y de oportunidades para efectuar un seguimiento de los pacientes o el temor a posibles pleitos son factores que contribuyen a la prescripción y dispensación inadecuadas de los medicamentos.
* Promoción de los medicamentos inapropiada y contraria a la ética por parte de las empresas farmacéuticas: la mayoría de los prescriptores obtienen la información sobre los medicamentos de las empresas farmacéuticas y no de fuentes independientes, como las directrices clínicas. Esto puede conducir a menudo al uso excesivo.
* En algunos países está permitida la publicidad de medicamentos que necesitan receta dirigida directamente al consumidor, lo cual puede llevar a los pacientes a presionar a los médicos pidiéndoles medicamentos innecesarios.
* Disponibilidad de medicamentos sin restricciones: en muchos países la prescripción de medicamentos como los antibióticos se hace libremente, sin necesidad de receta. Esto conduce al consumo excesivo, a la automedicación inapropiada y a la inobservancia de los regímenes posológicos.
* Sobrecarga de trabajo del personal sanitario: muchos prescriptores apenas tienen tiempo para dedicarle a cada paciente, lo cual puede originar diagnósticos y tratamientos deficientes.
En ese contexto los médicos muchas veces se basan en hábitos de prescripción porque no tienen tiempo para actualizar sus conocimientos sobre los medicamentos.
* Medicamentos inasequibles: en lugares donde los medicamentos son inasequibles, los pacientes pueden no comprar las cantidades necesarias para un tratamiento completo o no comprar ningún medicamento en absoluto. En lugar de ello pueden buscar alternativas, como los medicamentos de calidad no garantizada adquiridos a través de Internet u otras fuentes, o los medicamentos que han sido prescritos a sus familiares o amigos.
* Inexistencia de políticas farmacéuticas nacionales coordinadas: las políticas básicas recomendadas por la OMS para garantizar el uso apropiado de los medicamentos sólo se aplican en menos de la mitad de los países.
Dichas políticas incluyen medidas e infraestructuras apropiadas para monitorizar y reglamentar el uso de los medicamentos y para capacitar y supervisar a los profesionales sanitarios que realizan las prescripciones.
MEDIDAS
“La estrategia más eficaz para mejorar el uso de los medicamentos en la atención primaria en los países en desarrollo consiste en una combinación de la formación y la supervisión del personal sanitario, la educación de los consumidores y el suministro de medicamentos apropiados en cantidades suficientes”, remarca la OMS, para luego aclarar: “Separadamente, todas estas intervenciones tienen un impacto reducido”.
Asimismo, la OMS asesora a los países para que ejecuten programas nacionales de fomento del uso racional de los medicamentos mediante medidas tales como: Creación de organismos nacionales que coordinen las políticas sobre el uso de los medicamentos y hagan un seguimiento de sus repercusiones; Formulación de directrices clínicas basadas en datos probatorios destinadas a la capacitación, supervisión y apoyo a la toma de decisiones relacionadas con los medicamentos; Elaboración de listas de medicamentos esenciales para ser utilizadas en la adquisición de medicamentos y los reembolsos de los seguros; Creación de comités distritales y hospitalarios de medicamentos y tratamientos que apliquen intervenciones para mejorar el uso de los medicamentos y efectúen un seguimiento de sus efectos; Inclusión en los estudios universitarios de cursos de farmacoterapia 5 basados en problemas concretos; Inclusión de la formación médica continua como requisito para ejercer la profesión; Oferta de información pública independiente y no sesgada sobre los medicamentos, tanto para el personal sanitario como para los consumidores; Fomento de la educación de la oblación en materia de medicamentos; Eliminación de los incentivos económicos que facilitan la prescripción incorrecta, como la venta de medicamentos con ánimo de lucro por parte de los prescriptores, que ven así aumentados sus ingresos; Formulación de reglamentaciones que garanticen que las actividades de promoción se ajustan a criterios éticos; Financiación suficiente para garantizar la disponibilidad de medicamentos y personal sanitario.
AUTOMEDICACION
“Si aun en los casos en que el consumo de medicamentos se realiza bajo indicación médica existen riesgos de ocasionar problemas, la automedicación es una conducta que potencia peligrosamente la capacidad de producir esos riesgos”, señala el doctor Jorge Alberto Franco, médico psiquiatra y doctor en Medicina, en un artículo publicado por la revista “Encrucijadas” de la UBA, en el que aborda una de las aristas del uso irracional de los medicamentos: la automedicación.
La publicación reúne las conclusiones de un estudio realizado a pacientes que concurrían por primera vez a la consulta externa de Clínica Médica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires en 2002.
“De los resultados se desprende que casi una tercera parte de la población incluida en este estudio, que concurrió por primera vez a la consulta externa de Clínica Médica del Programa de Medicina Interna General del Hospital de Clínicas, se automedicó alguna vez en su vida”, afirma el experto.
“La automedicación fue definida como el uso por cuenta propia, sin indicación médica o más allá de la dosis recomendada por el médico -en tiempo o cantidad- de medicamentos de venta bajo receta médica”, precisa Franco.
De acuerdo con este trabajo, se hallaron dos tipos de automedicación: el primer grupo conformado por personas que conscientemente -sabiendo que el medicamento era de uso bajo receta- lo habían conseguido y consumido por cuenta propia haciendo uso indebido predominantemente de psicofármacos y, en segundo lugar, de antibióticos. El segundo grupo, en cambio, mostró un consumo no consciente de medicamentos de venta bajo receta porque los consideraba de venta libre. “Esto lleva a considerar esta conducta como producto de la falta de adecuada información respecto al uso de medicamentos, más que de una intención deliberada de buscar alivio del malestar”, explica el profesional.
Según detalla Franco, la automedicación consciente, en el estudio, no mostró asociación con las variables que evaluaban la relación médico-paciente, “esto es, la satisfacción con la manera en que fue tratado por el médico, la satisfacción con la manera en que fue examinado, con la forma en que investigaron la causa, le informaron el diagnóstico y el tratamiento, y con el tiempo que le dedicó en cada consulta”.
Otro aspecto interesante que devela la investigación es que la persona que se automedica, se autodiagnostica. “Decide por su propia cuenta y propone su propia hipótesis terapéutica.
Esto supone la apropiación ingenua del modelo de razonamiento clínico -que requiere años de estudio, experiencia y especialización para su adecuado desarrollo- por parte de legos”, argumenta Franco.
En tanto, el médico sostiene que la búsqueda de alivio sintomático en la autoprescripción, en especial de medicamentos ansiolíticos y antibióticos y en terapias no validadas que se alejan del cuidado responsable que se establece a través del juicio clínico profesional, es uno de los desafíos actuales para los profesionales de la salud.
En ese sentido, considera que la educación médica tiene que reforzar la importancia de la relación médico- paciente y la inclusión de estos temas para fortalecer la confianza y la solidez de esta relación, con el objeto de disminuir las tasas de automedicación.

Fuente: Prensa U.B.A / Programa InfoSalud