Un proyecto legislativo que propone modificar la Ley de Propiedad Intelectual para impedir que las multinacionales cometan el abuso de extender la protección de las patentes mediante el sistema conocido como “evergreening”, ha canadian healthcare viagra online uk sido presentado por la diputada nacional socialista Alicia Mabel Ciciliani, perteneciente al FAP de Hermes Binner.
Coincidentemente con el proyecto de la legisladora socialista por Santa Fe, la Corte Suprema de Estados Unidos falló recientemente que las empresas farmacéuticas podrán ser procesadas si recurren a prácticas dilatorias como el evergreening, al fallar en una demanda de la autoridad federal de regulación de la competencia (FTC) contra los laboratorios Watson, Paddock, y una subsidiaria de Abbott.
El proyecto de Ciciliani ha sido rubricado también por los socialistas Omar Barchetta, Elida Rasino y Ricardo Cuccovillo (todos del FAP), Victoria Donda de Libres del Sur, Ivana Bianchi de Compromiso Federal de San Luis y Estela Garnero de Córdoba Federal.
Pero, ningún legislador del Frente para la Victoria sumó su apoyo, generándose dudas entre los laboratorios de capital nacional si el oficialismo está dispuesto a reabrir el debate por la Ley de Patentes con el consecuente costo de un enfrentamiento con las multinacionales, que obviamente repercutirá en los “mercados” en momentos en que se apunta al financiamiento internacional.
En su proyecto, Ciciliani propone “subsanar las fallas de mercado que incluso el país modelo del capitalismo y del libre comercio no está dispuesto a aceptar”, al recordar una denuncia del ex presidente George Bush sobre la “manipulación” de la industria farmacéutica para extender artificialmente las patentes, de por sí vigentes durante veinte años.
“La investigación de la Federal Trade Comission ha descubierto que algunos fabricantes de drogas de marca, han manipulado la ley para demorar la aprobación de las drogas genéricas de la competencia”, reprodujo Ciciliani sobre la denuncia que oportunamente formuló Bush que- obviamente- no era ningún socialista, sino exponente del Partido Republicano.
El artilugio del “evergreening” consiste en pedir una extensión de la patente, cuando la protección de una droga está por expirar y uno de los métodos utilizados por las compañías multinacionales consiste en introducir “algún detalle menor de diferencia, tal como el color de la botella de píldoras o una combinación específica de ingredientes no relacionada a la efectividad de la droga como si se tratara de un nuevo producto”, subrayó la diputada socialista.
“Otorgar patentes respetando la salud pública exige conocimientos que exceden los meramente técnicos en materia de innovación tecnología en el campo de la física y la química. Y en términos institucionales requiere indefectiblemente la participación de los organismos públicos especializados en la materia cuestión que vengo a proponer con el presente proyecto de Ley”, explicó Ciciliani.
Mediante el “evergreening”, “el laboratorio de marca compra tiempo mediante demoras repetidas, llamadas paradas automáticas para congelar el status quo, mientras que se resuelven las complejidades legales”, recordó la legisladora, artificio legal al que han apelado varias multinacionales en Argentina para impedir la comercialización de productos de competidoras nacionales.
“Mientras tanto, la droga genérica de menor costo es excluida del mercado. Estas demoras se han estirado en algunos casos hasta 37 meses o 53 meses o hasta 65 meses. No es así como el Congreso quería que funcionara la ley”, subrayó la legisladora.
El proyecto aporta antecedentes y estadísticas sobre la escasa seriedad de algunas patentes que se otorgaron en la Argentina desde la existencia de la Ley de Propiedad Intelectual, aportando documentación difundida por el propio Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI).
La diputada resaltó que “otro de los graves problemas que han sido detectados es la carencia de información disponible públicamente y de manera transparente sobre las patentes concedidas” por el INPI, ya que en el 78 por ciento de las patentes concedidas no se indicaba el nombre genérico del producto, “de modo que los investigadores tuvieron que llegar al mismo a partir de inferencias realizadas en base a antecedentes”.
“Y en el caso particular de 32 patentes la información de presentaba de manera insuficiente, o confusa lo que directamente impidió determinar el nombre genérico. Esta es una grave contradicción en un país que ha dictado su Ley de medicamentos genéricos, la Nº 25.649” denunció la actual vicepresidenta tercera de la Cámara de Diputados
Además – resaltó la legisladora- “la garantía del derecho a la salud en manos del Estado sólo será realidad en tanto que sea posible acceder a los medicamentos a un precio razonable y si una patente es un monopolio a 20 años, pero además, se prorroga indefinidamente, se priva a la sociedad de información transparente sobre aquello que ha sido patentado, se otorga de manera tan amplia que abarca una gran gama de productos y fundamentalmente no se tienen en cuenta criterios sanitarios en su otorgamiento como el perfil epidemiológico, podemos afirmar con plena certeza que estaremos a mediano o largo plazo en severos problemas para garantizar el derecho a la salud”.
“Los laboratorios multinacionales alargan de modo ficticio las patentes medicinales mediante modificaciones superficiales e innecesarias de las fórmulas originales, para retener el control del mercado e imponer sus precios abusivos a los sistemas de seguridad social”, denunció la investigadora y economista de la salud suiza Nathalie Vernaz, en un reciente ensayo sobre las estrategias monopólicas de la industria farmacéutica.
La investigación del equipo encabezado por Vernaz detectó que el alargamiento artificial de las patentes o “evergreening” impidió reducir los costos del sistema hospitalario suizo mediante la sustitución por genéricos.
El equipo de investigación de Vernaz analizó ocho fármacos “blindados” por la extensión de las patentes que de haber sido sustituidos por genéricos le hubiese permitido al sistema nacional de salud de la región suiza de Ginebra ahorrar 14,4 millones de euros entre 2000 y 2008.
Esta cifra equivale al 8,4% del total gastado sólo en estos ocho fármacos, que incluyen la levocetirizina (un antihistamínico contra la alergia), el escitalopram (un antidepresivo), el esomeprazol (un protector del estómago) y la pregabalina (un anticonvulsivo).
Nathalie Vernaz, directora del Servicio de Farmacología y toxicología del Hospital Universitario de Ginebra, aseguró que “no estoy en contra de la industria farmacéutica, pero mi equipo acaba de demostrar que las farmacéuticas aumentan el coste de la sanidad pública mediante el evergreening” , una estrategia que los analistas califican de “turbia y tramposa”.
Vernaz explicó que esa estrategia consiste en patentar “productos nuevos que son ligeramente diferentes a los originales. En la patente sólo se dice que son nuevos, no necesitan demostrar que son más eficaces que los originales, que sí tienen equivalentes genéricos“.
“El estudio proporciona una prueba más de que las políticas de reducción de costes a base de alentar la prescripción de medicamentos genéricos, que suponen importantes ahorros, pueden ser anuladas por el aumento de los costes de los medicamentos sometidos a evergreening”, alertó el trabajo, publicado en la revista PLoS Medicine.
Los resultados de su investigación han sido publicados en el informe “Patentados: estrategias de extensión de la droga en el gasto sanitario: un análisis de costo-evaluación”, de Nathalie Vernaz, Chico Haller , François Girardin , Benedikt Huttner , Christophe Combescure , Pierre Dayer , Daniel Muscionico , Jean-Luc Salomon , Pascal Bonnabry y cuya síntesis se puede ubicar en el sitio http://www.researchgate.net/profile/Nathalie_Vernaz/publications/
“El grueso del gasto farmacéutico se debe a los medicamentos de marca, que actualmente suponen el 20% de todas las prescripciones en EEUU, pero el 80% de los costos”, coincidió el médico Aaron Kesselheim en un comentario también publicado en PLoS Medicine.
Kesselheim, investigador de la Escuela Médica de Harvard en Boston (EEUU), estudió en 2006 el caso de tres medicamentos de marca: el protector de estómago omeprazol, el antibiótico amoxicilina y la metformina, indicada para la diabetes tipo 2.
En los tres casos, sostuvo Kesselheim, sus monopolios del mercado se alargaron gracias a una táctica que incluía llevar a los tribunales a sus competidores genéricos y patentar cambios mínimos en los productos.
La Corte Suprema de Estados Unidos acaba de dictaminar que las empresas farmacéuticas podrán ser procesadas si recurren a estas prácticas, al fallar en una demanda de la autoridad federal de regulación de la competencia (FTC) contra los laboratorios Watson, Paddock, y una subsidiaria de Abbott.
“Nosotros identificamos 1.500 millones de dólares en ingresos que Medicaid, el programa de seguros de salud de EEUU para pacientes con bajos ingresos, podría haberse ahorrado si las alternativas genéricas a estos tres medicamentos hubiesen estado disponibles y hubieran sido ampliamente utilizadas cuando expiró la patente del ingrediente activo”, detalló la investigación.