El melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel y es cada vez más frecuente. Según datos de la Organización mundial de la Salud (OMS), unas 200 mil personas sufren de melanoma anualmente, de las cuales unas 44 mil desarrollan metástasis (células tumorales que se expanden a otros órganos). En la Argentina, se producen alrededor de 500 muertes debido a esta enfermedad.
Para el casi 50% de esos pacientes que presenta una mutación genética específica llamada BRAF V600, existe un nuevo tratamiento oral aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en nuestro país, luego de haber pasado por las autoridades de salud de EE.UU., parte de Europa, Australia y otros. Se trata del vemurafenib -cuyo nombre comercial es Zelboraf, de Roche-.
“Según los datos que tenemos de algunos centros en los que hicimos pruebas de BRAF, parece ser que la chance de tener la mutación es quizás menor al 50% en Argentina”, le dijo a Clarín Gabriela Cinat, médica oncóloga de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del instituto Ángel Roffo de la UBA. La mujer explicó que no todos los pacientes “son candidatos” a tomarla, pero como por lo general es bien tolerada aún en un estado no tan óptimo “se la puede utilizar igual”.
“Este nuevo tratamiento le cambia la vida al paciente”, declaró por su parte Antoni Ribas, profesor en la Universidad de California y miembro del comité permanente del instituto del Cáncer. “Tenemos que puntualizar que el beneficio es tratar el melanoma, que antes no teníamos muchas posibilidades de esto. Cuando un paciente nos venía a ver, decíamos que le íbamos a empezar un tratamiento, pero no era tal. Ahora sí, pero de ahí a curarlos, hay bastante”, siguió.
“A pesar de que con el vemurafenib la mayoría de los pacientes responden durante un tiempo de un año o dos, tenemos a algunos que están en tratamiento desde hace tres y aún continúan”, dijo el profesional. Y puntualizó: “Por el momento, este no se aplica a pacientes a los cuales el melanoma no es metastásico”.
Según los especialistas, el nuevo tratamiento es la primera opción terapéutica “dirigida” en mejorar la sobrevida de pacientes. La droga le da la orden a la proteína BRAF a que deje de mandar la orden de crecimiento celular, afectada por la radiación. Cuando al melanoma se lo diagnostica de manera temprana suele ser curable. Sin embargo, cuando se extiende hacia otros órganos se vuelve muy agresivo.
Efectos secundarios
Los profesionales informaron que los más recuentes se manejan disminuyendo la dosis o cortándola. Pero hay otras que son más difíciles de controlar. Una es foto-sensitividad (deben evitar el sol completamente), y la otra es que una cuarta parte de los pacientes desarrollan otros tumores en la piel -carcinomas escamosos de bajo grado-. “Este es parte de mecanismo de acción del fármaco”, explicó Ribas.
“Al darle a los pacientes en la etapa de prueba una droga que aún no estaba aprobada, tenían que firmar un consentimiento donde se les informaba sobre todos los efectos que podía tener y se les informaba que un 25% de los pacientes podrían llegar a tener una lesión maligna”, contó Cinat. “’Cambio un cáncer por otro’, decían los pacientes. Pero lo que nosotros le explicábamos es que están cambiando respuesta y aumento en sobrevida por la aparición de un tumor perfectamente controlable”, concluyó.
Los riesgos de la moda
La cama solar . Eso es sabido por el grueso de la gente, pero muchas veces desoído. Si bien no hay equivalencias entre la industria tabacalera y la de las camas solares, como tampoco la hay entre la adicción al cigarrillo y excederse en el bronceado; sí lo hay en el comportamiento cultural “rebelde”.
Todo el mundo sabe que el cigarrillo y tomar sol en exceso o la cama solar hacen mal, pero muchos desoyen las recomendaciones. “Es el síndrome de a mí no me va a pasar”, explicó a Clarín Fernando Stengel, dermatólogo y presidente de la Fundación del Cáncer de Piel: detección temprana y prevención.
En este sentido, el médico se atrevió a un poco más y afirmó que las camas solares son “camas de radiación”. “Hay evidencias claras de la relación entre el ser humano y la luz ultravioleta que le provoca el bronceado, que libera endorfinas y la producen una sensación de bienestar. Cuando planteamos el tema de las camas solares, también hablamos de aparatos que generan adicción”, disparó. El profesional dijo que es importante que se regule su uso, como se hizo en Brasil, donde se prohibió para uso estético.
Clarín 15-10-12