El ácido fólico, los defectos cardíacos y el cáncer en los niños

Por el Dr. Juan José Prieto, Farmacéutico Nacional

Los resultados de algunos estudios demuestran que el uso adicional de ácido fólico reduce el riesgo de cardiopatía coronaria, como así también la incidencia de ciertos tipos de cáncer en los niños.

El ácido fólico es una vitamina (Vit. B) que ayuda a prevenir los defectos congénitos relacionados con el cerebro y la médula espinal, denominados defectos del tubo neural. En la prevención de estos la indicación es consumirla antes de la concepción y durante las primeras semanas del embarazo, y esto es así debido a que los defectos del tubo neural se originan durante el primer mes de gestación, hecho que le da más importancia a una buena planificación de un embarazo; no obstante, los riesgos se dan en aquellos casos no deseados o no planificados.

El folato es la forma natural del ácido fólico, presente en ciertos alimentos como espárragos, jugo de naranja, remolacha, espinaca, palta, lechuga, maní, brócoli, tomates, fresas, jugo de pomelo, banana, maíz o choclo, etc., siendo las mejores fuentes las verduras de hojas verdes, las legumbres y algunas frutas.

Algunos estudios han demostrado que si todas las mujeres consumieran la cantidad recomendada de ácido fólico antes y durante la primera etapa del embarazo se podría prevenir hasta un 70 por ciento de todos los defectos del tubo neural. A este, se lo puede definir como la parte del embrión a partir de la cual se forman el cerebro y la médula espinal; si este proceso no se realiza adecuadamente y el tubo neural no se cierra por completo, se pueden producir defectos en el cerebro y en la médula espinal; los defectos del tubo neural más habituales son la espina bífida y la anencefalia.

La espina bífida, a menudo conocida como espina dorsal abierta, afecta a la columna vertebral y, en ocasiones, a la médula espinal. Los niños que tienen el tipo grave de espina bífida presentan cierto grado de parálisis en las piernas y problemas de control de la vejiga e intestinos y, a veces, problemas neurológicos y de desarrollo.

La anencefalia es una enfermedad fatal en la que el bebé nace con el cerebro y el cráneo sumamente subdesarrollados.

El ácido fólico también puede ayudar a prevenir otros defectos congénitos, como labio leporino, paladar hendido y ciertos defectos cardíacos.

En cuanto a este último punto,  haré mención a un estudio realizado en Holanda en donde se investigó el uso de ácido fólico durante el embarazo para disminuir el riesgo de defectos congénitos del corazón en relación con otras malformaciones asociadas al folato.

Para ello, se analizaron los datos de un registro de los defectos de nacimiento durante un período de 10 años.

El ácido fólico fue administrado como un suplemento único o como un complejo multivitamínico que lo contenía, en dosis de 400 ug al día.

Los resultados apoyaron la hipótesis que establece que el uso adicional de ácido fólico durante el embarazo reduce el riesgo de cardiopatía coronaria en los niños.

Dada la importancia del uso de esta vitamina durante la gestación para la prevención de otras afecciones, estos resultados confirman la necesidad de suplementar a las embarazadas.

A pesar de estos datos concluyentes es sumamente importante tener presente dos cosas, en principio tratar de hacer una planificación previa de un embarazo, y en segundo término recomiendo la correspondiente consulta médica; es decir, es sumamente importante planificar un embarazo, pero a su vez es primordial no automedicarse con ácido fólico, el médico es quien evaluará cada caso particular y es quien indicará las concentraciones a utilizar.

A toda esta información que demuestra la importancia del consumo de acido fólico se le suma un nuevo estudio de la Universidad de Washington en St. Louis y de la Universidad de Minnesota, el cual reveló que la fortificación de los alimentos con ácido fólico puede reducir la incidencia de algunos tipos de cáncer infantil (tumor de Wilms, un tipo de cáncer de riñón y de tumores neuroectodérmicos primitivos (PNET).

En el ensayo participaron 8.829 niños, desde el nacimiento hasta los cuatro años, con diagnóstico de cáncer. Esta investigación muestra que la fortificación con ácido fólico también puede reducir la incidencia de ciertos tipos de cáncer infantil en los Estados Unidos, aunque los expertos sostienen que se necesitan más estudios para confirmar estos resultados y para descartar otras explicaciones (Fuente: Washington University in St. Louis).

Noticias Venado 10/09/12