Una droga, el bevacizumab, que se comercializaba en la Argentina desde 2005 sumó ahora una nueva indicación: se podrá usar también para tratar cáncer de ovario, según lo aprobó la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT).
El fármaco es un tipo de anti- cuerpo monoclonal, que fue una idea del científico argentino y ganador del Nobel, César Milstein, junto con el alemán Georges Köhler.
Ya estaba aprobado para utilizar en ciertos cánceres de mama, colon, glioblastoma, renal y pulmón.
Ahora, se sumó la indicación para cáncer de ovario.
Esa enfermedad se desarrolla en 9 de cada 100.000 mujeres. Se es- tima que son 2000 casos por año, según el Instituto Nacional del Cáncer, que depende del Ministerio de Salud de la Nación.
Por las particularidades de la en- fermedad, el acceso al diagnóstico se da de manera tardía. Alrededor del 70 % de los casos se diagnostica en etapas avanzadas. Esto se debe a que los síntomas del cáncer de ovario son con frecuencia vagos y tanto las mujeres como los médicos generalmente se los atribuyen a otras afecciones más comunes.
Cuando el cáncer se diagnostica, el tumor a menudo se ha diseminado más allá de los ovarios. Aún no hay un método de detección específico y eficaz.
“En los primeros estadíos, el cáncer casi no da síntomas, ex- cepto cuando la mujer se opera por otro motivo como fibromas y le detectan el tumor. En estadíos avanzados, los síntomas más fre- cuentes que tienen las pacientes son hinchazón en el abdomen, cólicos, inapetencia, y dolores después de comer”.
El primer acto ideal para tratar el cáncer de ovario es la cirugía, según explicó Liliana Zamora, médica oncóloga del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano.
A través de la operación, los médicos pueden extraer el ovario, el útero y las demás áreas afectadas por el cáncer. Claro que la cirugía puede variar según cada caso.
Además, se agrega un trata- miento adyuvante de quimiote- rapia, con la combinación de dos drogas: paclitaxel y carboplatino.
Este complemento se usa después de la cirugía para tratar cualquier enfermedad remanente y se puede emplear si el cáncer reaparece.
“Durante los últimos 15 años, se presentaron algunas alternativas al tratamiento, pero no demostraban aumentar la sobrevida. En cambio, hubo ensayos clínicos que demuestran que el bevacizumab sí puede conseguir aumentar el tiempo de sobrevida en las pacientes”, resaltó Zamora. La droga puede impedir que los tumores reciban el aporte de sangre y nutrientes que necesitan para crecer. Se aprobó el trata- miento de primer línea en pacientes con cáncer de ovario en estadío III B, C y IV. Se administra por vía endovenosa, y puede producir efectos adversos