Prescripciones inadecuadas de antibióticos son un importante problema de salud pública, con un coste de millones de euros anuales en atención de salud innecesaria y su contribución al problema de las bacterias resistentes a los antibióticos. A pesar de las pautas de prescripción ampliamente aceptadas, los médicos siguen recetando antibióticos para los resfriados, incluso cuando no van a ayudar al paciente, por lo que un nuevo estudio publicado en ‘JAMA Internal Medicine’ ofrece un barato y aparentemente simple ’empujón’ que reduce la prescripción inapropiada de antibióticos en casi un 20 por ciento.
En Estados Unidos, casi la mitad de las prescripciones de antibióticos indicados para las infecciones respiratorias son inapropiadas: para las enfermedades causadas por virus, más que las bacterias, los antibióticos no ayudan al paciente a mejorar. La investigación es parte de un debate liderado por investigadores del Centro de Schaeffer para Política Sanitaria y Economía de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, para encontrar intervenciones basadas en la evidencia que reduzcan los costos de atención de salud y el uso innecesario de la atención sanitaria.
“La mayoría de los esfuerzos de mejora de la calidad se han centrado en auditorías o incentivos de pago por rendimiento para tratar de cambiar lo que los proveedores de salud hacen, pero ignoran las influencias sociales que afectan a todas las personas, incluyendo a los médicos”, dice uno de los principales autores, Jason Doctor, del Centro Schaeffer y profesor asociado Farmacia Clínica y Economía y Política Farmacéutica en la Facultad de Farmacia de la USC.
“Nuestro estudio es el primero en aplicar los principios de compromiso y coherencia con la conducta de prescripción y encuentra una intervención simple, de bajo costo, que muestra una gran promesa en la reducción de la prescripción antibiótica inapropiada”, añade.
Otros autores, Daniella Meeker, de RAND Corporation; Merkin Fellow, del Centro Schaeffer, y Jeffrey A. Linder, experto en la prescripción de antibióticos en el Hospital Brigham y de Mujeres y la Escuela Médica de Harvard, en Estados Unidos, y el resto de autores estiman que su sencilla intervención, una carta de compromiso de manera destacada, podría eliminar 2,6 millones de prescripciones de antibióticos innecesarios y ahorrar 70,4 millones de dólares en el costo de los medicamentos si se extrapola a través de Estados Unidos.
Para probar el impacto del compromiso público sobre el comportamiento de la salud, los investigadores hicieron que los médicos publicaran una gran carta acerca de la prescripción de antibióticos inapropiados en sus salas de reconocimiento. La carta, publicada en inglés y español en las clínicas de Los Ángeles, tenía una imagen del médico y su firma y explicaba el compromiso del médico de reducir las prescripciones inadecuadas para las infecciones respiratorias agudas, como el resfriado común.
Luego, los investigadores analizaron los registros de la clínica durante los siguientes tres meses, comparando las tasas de prescripciones de antibióticos inapropiadas con un grupo de control que no se habían comprometido con la carta o no habían publicado un aviso de compromiso público en sus consultas.
El cartel con el compromiso firmado redujo drásticamente las prescripciones de antibióticos innecesarios: entre los médicos que publicaron la carta, las prescripciones de antibióticos inapropiados cayeron casi 10 puntos porcentuales, desde el 42,8 al 33,7 por ciento del total de prescripciones.
Por el contrario, las prescripciones de antibióticos inapropiadas aumentaron en el grupo de control, que comenzó la investigación con una tasa de prescripción inadecuada 43,5 por ciento y se elevó al 52,7 por ciento durante el periodo de estudio. Es importante destacar que las tasas de prescripción adecuada de antibióticos no cambió pero sí hubo evidencia de cambios en la forma en las que los médicos codificaron las enfermedades o los diagnósticos, según los investigadores.
“Los resultados del estudio apoyan la idea de que los médicos se ven influidos por factores profesionales y sociales en la atención al paciente y, a diferencia de algunas intervenciones de mejora de la calidad basadas en incentivos financieros, no se encontraron pruebas de que las mejoras se debieron a cambios en las prácticas de documentación. Esta intervención de bajo costo y fácilmente expandible tiene un gran potencial para reducir la prescripción de antibióticos inapropiados”, afirma Meeker.
Fuente: (EuropaPress) – http://noticias.lainformacion.com