Las farmacias barriales encuentran problemas financieros para mantener a flote el negocio y en el sector piden soluciones inmediatas para revertir esta tendencia.
El integrante del Tribunal de Disciplina del Colegio de Farmacéuticos de San Luis, Enrique Capella, advirtió que en lo que va del año ya han cerrado en la provincia “entre cinco a diez comercios” del rubro, una contracción que deriva de las demoras que existen en los pagos que hacen las obras sociales, el monto que deben cubrir en el descuento de los medicamentos y la menor capacidad de negociación que tienen los locales más chicos con los laboratorios.
“Las farmacias no tienen el capital suficiente para aguantar una obra social que paga a los 30, 60 o 120 días. Por ejemplo, un negocio que le compra a las droguerías hace el pago a los 20 días, pero si a ellos se les abona en 30 días van a tener 10 días en el que el farmacéutico es el que afronta el costo económico”, destacó Capella, quien reconoció que la demora varía según las mutuales.
La rebaja en el monto de los descuentos de los medicamentos es otro punto clave que reclaman los comerciantes. “Ahora estamos discutiendo las bonificaciones que las farmacias hacen a las obras sociales y que están en el orden de los 10 a los 15 puntos. En algún momento esta proporción fue beneficiosa para ambos sectores, pero ahora representa un peso que está sólo sobre las espaldas de las farmacias”, señaló el integrante del Colegio de Farmacéuticos de San Luis. Los números reflejan que del 40 por ciento de descuento que hacen la mayoría de las obras sociales en los medicamentos, un 20 por ciento debe ser afrontado por las farmacias, un 10 por ciento es cubierto por la mutual y otro 10 por ciento es una bonificación. Estos porcentajes fueron establecidos después de la crisis económica del 2002.
La falta de respuestas a estos reclamos empujó a los farmacéuticos de todo el país a realizar un paro en la atención de los afiliados de las mutuales el 5 de julio durante dos horas.
La menor capacidad financiera de los comercios barriales representa además un inconveniente a la hora de sentarse a la mesa para hacer los contratos de adquisición de medicamentos con las droguerías.
“Muchas veces los laboratorios hacen acuerdos con las grandes cadenas, y las pequeñas farmacias son ignoradas en la negociación”, afirmó Capella, y destacó que el diálogo es la única manera de poder arreglar esta situación.