Cada vez se consumen más pastillas para poder dormir

Así lo revelan datos de los propios farmacéuticos. El promedio de edad de los consumidores es de 30 años. De un tiempo a esta parte, la costumbre natural y cotidiana de conciliar el sueño parece haberse convertido en una tarea más que trabajosa para buena parte de la población: según los últimos registros del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), en nuestro país cerca de 5 millones de personas consumen regularmente medicamentos para dormir, ya sean recetados o de venta libre.

“El fenómeno no es nuevo pero cada vez crece un poco más -confirma el psiquiatra local Mauricio Balloni-. Si uno compara las cifras de consumo de los últimos diez años, comprende que el uso abusivo de las benzodiacepinas es notable. Las marcas más conocidas son Valium o Alplax, pero la industria de medicamentos hace su oferta cada día más variada”.

Según los especialistas, el mayor problema de este consumo masivo es el fantasma de la adicción que sobrevuela a las pastillas para dormir. “Si uno tiene que tomar estos medicamentos puede hacerlo siempre bajo prescripción médica -dice Balloni-, pero lo ideal es que el consumo no supere los tres meses. Lamentablemente, en la práctica uno sabe que hay personas que toman pastillas durante años”.

Los datos difundidos por el Safyb confirman lo inquietante del tema: el año pasado se prescribieron en el país 3 millones de recetas de medicamentos para dormir, lo que representa un 22% más que hace apenas cinco años. De acuerdo a estos datos, por año se venden en Argentina 28 millones de unidades, lo que supone una facturación anual que ronda los 1.120 millones de pesos. Y lo más notable: los hacedores de este informe apuntan que el promedio de los que piden pastillas para conciliar el sueño hoy se ubica en los 30 años.

Si bien en La Plata no se tienen estadísticas precisas sobre el tema, desde el Colegio de Farmacéuticos local se admite este aumento. Julio César Alonso, su presidente, cuenta que en su farmacia de Los Hornos, por ejemplo, se percibe que “hay un incremento importante en el consumo de medicamentos para dormir, aunque este aumento no responde a un único motivo sino a múltiples razones” (ver “Se nota…).

A la hora de señalar algunas razones de este crecimiento, varios especialistas apuntan hacia el exceso de actividades, los altos niveles de ansiedad y la aceleración que esta combinación provoca.

Peor el remedio

Son muchos los neurólogos y psicoanalistas que sostienen que las píldoras para dormir aparecen como una solución mágica al principio pero terminan sin solucionar el verdadero problema, agravando el trastorno y generando una dependencia con los psicofármacos que con el tiempo se torna más complicada de resolver.

“Hay que tener en cuenta que el abuso suele provocar el efecto contrario -dice Balloni-. En una primera etapa se corren los márgenes de tolerancia y eso hace que el organismo necesite cada vez de más pastillas para lograr el sueño. Este consumo abusivo termina siempre en una dependencia física, lo que genera que el individuo que tome le decisión de dejarlas definitivamente se encuentre con un insomnio difícil de manejar, acompañado por altos niveles de nerviosismo e irritabilidad. Esto hace que sea muy complicado detener su consumo sin una supervisión médica responsable”.

Según los expertos, además, es importante tener en cuenta que el consumo de estos fármacos a largo plazo puede provocar trastornos de memoria y estados de confusión en personas mayores. También al poco tiempo de uso, como se dijo, producen tolerancia, haciendo que sea necesario aumentar la dosis y así el sueño se vuelva cada vez más fragmentado.

Así las cosas, mientras que dos de cada tres adultos argentinos reconocen haber sufrido en el último año algún trastorno del sueño, sólo un porcentaje mínimo los considera motivo suficiente para consultar a un médico. En lugar de ello, la mayoría recurre a pastillas, desoyendo así señales del cuerpo que no conviene desoir. Y es que aún cuando puedan parecer menores, muchos de esos trastornos están asociados a patologías serias: desde obesidad e isquemias cardíacas hasta episodios de demencia y Parkinson.

“Sólo en los últimos veinte años hemos perdido casi dos horas de sueño, y lo estamos pagando con salud”, se resume desde el Centro de Estudio del Sueño del Instituto Médico Platense.

Una siesta

Los expertos aseguran que cada vez dormimos menos: en los últimos 30 años, el tiempo de sueño se redujo entre dos y tres horas. Por eso la mayoría recomienda una siesta breve -de 25 a 30 minutos-, la cual reduce el riesgo de un ataque cardíaco, mejora la concentración y aporta energía.JULIO CÉSAR ALONSO PRESIDENTE DEL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA PLATA
“Se nota que hay una demanda que aumenta”

En La Plata todavía no tenemos estadísticas precisas, pero desde la experiencia propia que me da mi trabajo en la farmacia puedo decir que se nota que hay una demanda de pastillas para dormir que viene en aumento. Creo que este incremento responde al ritmo de vida. La gente trabaja más horas de lo debido y suele dormir mal. De todas maneras no creo que el crecimiento en el consumo se deba a un solo motivo. Son distintas razones, pero es cierto que uno percibe una demanda mayor”.

 

El Día 8/09/12