El visto bueno oficial llegó el lunes por la noche y permite que los nuevos precios rijan desde ayer, aunque se comenzarán a aplicar durante los próximos días. El precio de los medicamentos se volvió a incrementar ayer, en este caso hasta un 2,6 por ciento. Así lo dispuso la Secretaría de Comercio Interior, que comanda Augusto Costa, luego de escuchar los pedidos que durante las últimas semanas habían realizado los laboratorios.
De acuerdo con lo dispuesto por el funcionario, la mayor parte de los remedios puede mostrar a partir de ayer un alza del 2%, aunque en el caso de los productos fabricados por los laboratorios más pequeños el retoque podrá llegar al 2,6 por ciento.
Si bien el permiso oficial indicaba que los movimientos se podrían dar desde ayer, la noticia fue confirmada a los empresarios recién el lunes por la noche, por lo que desde las compañías estiman que “los precios se irán acomodando durante la semana”. Consultadas por El Cronista, fuentes del mercado coincidieron en que el aumento “es bienvenido”, aunque “no está ni cerca de cumplir nuestras expectativas”.
El alza de los precios suma este año un 5,6%, mientras que se estima que el sector cerrará una paritaria no inferior al 30%, según la iniciativa del gremio de Agentes de Propaganda Médica.
El último incremento que se había dado fue a fines de enero último, cuando el Gobierno aprobó un tres por ciento.
En el sector sostienen que esta inequidad no les permite a las empresas ordenar su estructura de costos, debido a que durante los últimos años el permiso oficial para que se incrementen los precios representó casi una tercera parte de la pauta salarial acordada.
“Se acepta porque es lo que hay, pero esto no quita que recibamos estos aumentos con resignación ya que las cuentas no cierran”, precisó uno de los directivos consultados.
Sin ir más lejos, durante 2014 los trabajadores del gremio cerraron un acuerdo salarial del 34%, en tanto que la suba autorizada por el Gobierno para los remedios fue del 11,4 por ciento.
A esto, precisan, se le debe agregar el sobre costo que representa el incremento en los costos.
Para los laboratorios, el hecho de tener que pelear durante todo el año para subir los precios no resulta lo más conveniente.
Los empresarios intentan desde hace tiempo, y sin suerte, que se cree una mesa de diálogo bien definida, con una pauta de aumentos determinada. En cambio, durante los últimos años el Gobierno optó por solicitarles que expongan sus números, y luego analizar si les permite o no la suba.
Tal como ocurrió en 2014, durante el año se van aplicando “micro incrementos”, una situación que se estima también se dará en 2015.
Este tira y afloje tuvo su punto máximo de ebullición a comienzos entre fines de 2013 y comienzos de 2014.
Impacientes por la falta de una respuesta oficial, los laboratorios determinaron por cuenta propia que aumentarían los precios de sus productos, situación que generó el enojo oficial.
Las empresas del sector habían subido hasta un 10% los medicamentos, aunque luego el Gobierno determinó que los precios se debían retrotraer al 31 de diciembre de 2013, aplicando un encarecimiento de solo el cuatro por ciento.
“El retraso en los costos que se registra en el sector es importante ya que esta situación se repite todos los años. Las subas salariales y la inflación suben mucho más rápido que los precios que nos habilitan”, se quejó una fuente del sector.