Es una de las medidas más coste-efectivas de la medicina actual. El tratamiento antirretroviral de alta eficacia (TARGA ) ofrece a los seropositivos multitud de ventajas para la salud, con buena calidad de vida y a un coste razonable, sobre todo si se tiene en cuenta la alternativa, el avance de la infección hasta el desarrollo del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que puede llevar a la muerte en menos de una decena de años. Pero la TARGA es, además, una herramienta beneficiosa para la salud pública, pues el tratamiento de la infección por VIH revierte en una reducción casi al 100% de la transmisión del virus.
Sin embargo, y como toda gran estrategia, la aplicación de esta terapia tiene un punto débil y es la aparición de resistencias. En algunos pacientes, por diversos motivos, una TARGA concreta puede no funcionar y se requiere la prescripción de otra combinación. Averiguarlo a tiempo tiene casi los mismos beneficios que aplicarla correctamente.
En este sentido, investigadores del Institut de Recerca de la Sida (IrsiCaixa) han demostrado por primera vez la eficacia de un nuevo test que permite averiguar qué virus se han hecho resistentes a los antirretrovirales y qué pacientes son, por lo tanto, más proclives a desarrollar lo que se conoce como fallo virológico o fracaso del tratamiento.
La prueba, un test genómico que se basa en las nuevas plataformas de secuenciación ultrasensible, permite por lo tanto prever complicaciones de salud muy graves y diseñar tratamientos más efectivos, según el estudio sobre su validación publicado en la última edición de la revista Clinical Infectious Diseases.
El test no es útil para todos los pacientes. Afortunadamente, la mayoría de los seropositivos responden a la terapia establecida. Pero existe un colectivo que es considerado por los médicos como el más difícil de tratar y que requiere de un tratamiento muy potente (“salvage”, en inglés) para controlar su VIH. En ellos, es aún más importante acertar con la elección del tratamiento, puesto que el tiempo juega en su contra.
Muchos de estos pacientes son, además, personas que se infectaron al principio de la pandemia, cuando los medicamentos no eran tan eficaces y la aparición de resistencias era más habitual. Otros son seropositivos que no han sido capaces de seguir adecuadamente su tratamiento, es decir, que han registrado falta de adherencia al mismo.
Test específico
El test desarrollado por los científicos del instituto catalán es una mejora de algunos ya existentes y utiliza la tecnología para conseguir su objetivo: detectar más resistencias que las pruebas anteriores en un 25% de los pacientes.
Para demostrar su eficacia, los investigadores, liderados por Roger Paredes, llevaron a cabo un estudio retrospectivo en 132 pacientes difíciles de tratar en los que se compararon los diferentes test para predecir la posible resistencia a los medicamentos. El trabajo demostró que este genotipo ultrasensible mejoraba las predicciones con respecto a las pruebas que se aplican en la actualidad en la práctica clínica.
Según explica Paredes, “mejorar la evaluación de resistencias a los fármacos asegurará que los pacientes reciben el tratamiento más efectivo y evitará perder las pocas opciones terapéuticas que estos tienen”. Aunque el autor principal del trabajo reconoce que, de momento, es una estrategia muy costosa, considera que en los próximos años su precio bajará, lo que influirá en la salud global en el campo del VIH.
El problema de las resistencias a los fármacos es especialmente acuciante en países en vías de desarrollo, donde los pacientes reciben tratamiento pero no un seguimiento de su eficacia.
Fuente: El Mundo (España) www.elmundo.es