En tests psicológicos, el 25% de los que no se controlaban obtuvieron resultados que indican alto riesgo de trastornos.
En 15 minutos, y sólo con lápiz y papel, un hipertenso puede enterarse de si la presión le está deteriorando alguna función mental. Con una batería de tests que se pueden aplicar en la consulta clínica de las personas con factores de riesgo cardiovascular, un equipo de cardiólogos detectó en un estudio “a pulmón” que los pacientes con hipertensión tenían más comprometida la función cognitiva de lo que deberían para la edad.
Si la hipertensión estaba mal controlada, el deterioro, que podía dar signos de demencia, era aún mayor.
“Siempre se habla de las consecuencias neurológicas de la hipertensión, cuando en realidad son complicaciones neuropsiquiátricas. Estamos viendo que con el tratamiento intensivo de la enfermedad no sólo estaríamos previniendo los trastornos neurológicos, sino también las demencias”, comentó el doctor Augusto Vicario, presidente de la Sociedad de Cardiología de Buenos Aires y coordinador general del Grupo de Estudio Corazón Cerebro.
Con el respaldo de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), los doctores Judith Zilberman, Gustavo Cerezo y Vicario organizaron el grupo de trabajo que elaboró el I Registro Nacional del Estado Cognitivo en Pacientes Hipertensos. A fin de mes, en el próximo Congreso Argentino de Cardiología, en Rosario, el grupo presentará los resultados preliminares obtenidos en los 300 pacientes evaluados en siete centros cardiológicos del país.
Allí trabajaron 30 médicos entrenados por el grupo de estudio en el uso de los tests que adaptó el equipo del Centro de Enfermedades Cognitivas del Cemic, que dirige el doctor Fernando Taragano. Los médicos evaluaron a los pacientes con hipertensión y otros factores de riesgo cardiovascular, como diabetes y colesterol elevado, que se prestaron voluntariamente a participar en el registro. Todos son mayores de 18 años; la edad promedio es de 65 años.
Al analizar los resultados de la pesquisa cognitiva, que no tiene valor diagnóstico, los especialistas observaron que el grupo que ya tenía signos de alteración cognitiva y/o demencia tenía más inconvenientes para responder satisfactoriamente los ejercicios de orientación, recuerdo, fijación, lenguaje o planificación, entre otras funciones. Pero algo que llamó la atención de los investigadores es que el control adecuado de la hipertensión influía positivamente en el retraso de la aparición de esos signos de alarma.
AMENAZA SILENCIOSA
En ese subgrupo, el 25% de los pacientes con la presión sin controlar tenía alteraciones en los tests con valores por debajo de 24 puntos, lo que indica una alta probabilidad de padecer trastornos cognitivos. El área más comprometida era la que gobierna las funciones ejecutivas.
En cambio, menos de la mitad (alrededor de 11%) de los hipertensos bien medicados y controlados alcanzaron ese puntaje.
“Si todos los centros de atención del país contaran con la misma herramienta de detección, podríamos hacer prevención de los trastornos neurológicos y psiquiátricos asociados con la enfermedad vascular y sus factores de riesgo. No sólo podríamos prevenir las complicaciones como el infarto agudo de miocardio o el accidente cerebrovascular”, agregó Vicario.
La batería de tests adaptada por el grupo del doctor Taragano, del Cemic, está publicada en las Guías para la Evaluación Cognitiva en Pacientes Hipertensos, que editó hace seis años el Grupo de Estudio Corazón Cerebro, y se pueden consultar libremente en el sitio de Internet www.corazoncerebro.com.ar . En el próximo congreso de Rosario se presentará la primera actualización de esas recomendaciones.
Su aplicación, según explican los especialistas, es sencilla y les demanda apenas un cuarto de hora a los pacientes. Ellos sólo utilizan una hoja de papel y un lápiz para hacer dibujos o cumplir ciertas consignas verbales. La pueden aplicar médicos clínicos, cardiólogos, neurólogos, psiquiatras o todo profesional médico que se ocupe de los factores de riesgo cardiovasculares y sus consecuencias.
La idea del grupo de trabajo que respalda la FAC y trabaja de manera independiente, sin auspiciantes, es empezar a generar conciencia de prevención. “El deterioro cognitivo se puede detectar precozmente”, insistió Vicario. La incorporación de pacientes al registro online sigue adelante y se autorizó la incorporación de 25 investigadores más, con lo que ya se cubriría casi todo el país. Los pacientes que participan conservan su anonimato.
“Los pacientes pueden tener otros problemas, como diabetes, colesterol alto, obesidad, etcétera, y lo importante de unificar el uso de esta herramienta es que nos permitirá ver qué población está en riesgo, quiénes están bien tratados y a aquellos con un mal control de las enfermedades poder tratarlos bien y derivarlos a un psiquiatra para retrasar las complicaciones cognitivas y/o demencias”, sostuvo Vicario.
Se estima que si se refuerza el control de los factores de riesgo cardiovasculares y se retrasa cinco años la aparición de una demencia, la cantidad de pacientes dementes bajará a la mitad en los próximos diez años. De hecho, el especialista mencionó que estudios en Estados Unidos mostraron que si se controla apenas un 10% más los factores de riesgo, disminuiría en un millón el número de pacientes con demencia.
“Cuando a una persona de 75 años se le diagnostica una demencia porque perdió la memoria, 20 años antes, cuando tenía 55, ya tenía marcadores clínicos en el líquido cerebrorraquídeo. Pero en nuestro país, la encuesta de factores de riesgo nos está diciendo que a los 50 años ya hay otros factores en los que se puede intervenir para hacer prevención. El 40% es hipertenso, el 10% es diabético y el 60% es obeso en la mitad de la vida, y esos factores de riesgo no se están controlando adecuadamente -dijo Vicario-. Es la enfermedad vascular, que va lesionando también los vasos sanguíneos del cerebro, lo que determinará que la demencia aparezca antes o no. Es más, a veces, parecería que anticipa el Alzheimer.”
Fuente: http://www.lanacion.com.ar