Crece el número de mujeres dependientes a los estimulantes

En la década de 1950, los barbitúricos estaban de moda. En la década de 1960 llegó el Valium, seguido de las anfetaminas para bajar de peso en la década de 1970. Luego, en 1990 llegó el Prozac. Actualmente la píldora de moda es la que tiene Adderall como el ingrediente activo principal, un estimulante que se conoce comercialmente con nombres como Ritalin, Modafinil, entre otros.

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El fármaco, que está reconocido para el tratamiento de trastornos del sueño o trastorno por déficit de atención con hiperactividad, está siendo utilizado por un número creciente de mujeres que deben soportar las largas horas de trabajo, vida social y la presión intensa en todas las áreas. Los niños y adolescentes también están entre los nuevos consumidores de productos para mejorar la atención y el rendimiento en las escuelas. En una encuesta, el 10 por ciento de los estudiantes de Cambridge, Inglaterra, admitieron abusar del uso de estos estimulantes.
Sin embargo, según una encuesta realizada el año pasado, el 26 por ciento de las mujeres en Gran Bretaña trabajan más de 48 horas a la semana, alrededor de 10 horas al día. “Nuestro estilo de vida se ha vuelto agónico e inflexible. Estamos adaptándonos a las situaciones con la ayuda de las píldoras en lugar de admitir que el mundo profesional debería ser más humano”, dijo al Daily Mail la profesora Barbara Sahakian, neurocientífico de la Universidad de Cambridge.
Las entrevistadas informaron que los medicamentos hacen que se sientan supermujeres que no se preocupan por las largas horas de trabajo, ni pierden la concentración en sus tareas y pueden seguir realizando sus funciones durante horas. Sin embargo, los expertos advierten que estos medicamentes no están libres de efectos secundarios como: la pérdida de peso, hiperactividad, insomnio y taquicardia. Otro efecto común es alterar la personalidad, hasta el punto que amigos y familiares extrañan a los consumidoras, que comienzan a ser pasivas; casi indiferentes a todo.
Otras mujeres relataron que el apetito sexual desaparece por completo y que presentan dificultades para practicar actividades como las deportivas. Además, afirmaron que cuando intentan abandonar el medicamento comienzan a sentirse deprimidas e irritables, optando por retornar a su consumo.
En internet existen diversos foros de discusiones sobre el uso y los efectos de estos fármacos, incluyendo la preocupación de que sus hijos puedan notar la dependencia hasta los efectos secundarios como los calambres.
El aumento del uso de estimulantes va de acuerdo con investigaciones que muestran que las mujeres con edades entre los 25 y 34 años son las más estresadas entre toda la población en Inglaterra.
Fuente: Terra