Dialogamos con la farmacéutica María Rosa Deganis, presidente de Cafar, y su vicepresidente el Farm. Alejandro “Tato” Puricelli. Hicimos un balance de las Jornadas de Cafar y del primer año de la nueva gestión.
El viernes 12 y sábado 13 de octubre pasado se realizaron las 28º Jornadas Nacionales de Seguridad Social Farmacéutica y el 26º Encuentro Educacional de Cooperativas Farmacéuticas en la ciudad de Mar del Plata.
Lo que tradicionalmente se conoce como las “Jornadas de Cafar” se han convertido en un encuentro tradicional de dirigentes y farmacéuticos noveles y en formación.
Además de las conferencias de especialistas económicos, políticos, profesionales o sociales; se realiza el curso con temática profesional y un intenso intercambio de opiniones en todas las áreas del Hotel donde se realizan.
¿Qué balance hace de las últimas Jornadas de Seguridad Social Farmacéutica?
Se pueden hacer varias lecturas. La primera es el compromiso de la las instituciones que las organizamos: Amffa, Cafar, Acofar, Fecofar, Asoprofarma y Cofaloza. Trabajamos unidos y tomamos decisiones en conjunto. Es una política que a lo largo del tiempo nos va consolidando institucionalmente y que los farmacéuticos reconocen y valoran.
¿Cuánto tiempo lleva la preparación de las Jornadas?
En cuanto termina una edición ya fijamos la fecha para el año entrante. Para marzo ya empezamos a trabajar en la organización. Hay que seleccionar disertantes y en ocasiones no están dispuestos.
Las sugerencias sobre los disertantes surgen de nuestro directorio. Nosotros opinamos y discutimos luego de cada Jornada sobre las distintos expositores, ya que no estamos necesariamente de acuerdo con las cosas que se expresan. De ese intercambio surgen alternativas positivas para nosotros como organizadores.
A veces también nos ocurre que en una reunión de delegados, de la que participan aproximadamente cien farmacéuticos, nos piden algún disertante en particular., pero no siempre podemos conformar a todos.
También está el trabajo de hablar con los sponsors a los que hay que motivar.
¿Qué comentarios reciben de los colegas?
En general son comentarios de agradecimiento, nos dicen que además de informarse, las Jornadas se han transformado en un punto de encuentro. Y verdaderamente lo son.
¿Cuántos colegas asisten anualmente?
La cantidad se mantiene estable. El año pasado tuvimos aproximadamente 400 y este año algunos menos, de los cuales 58 eran estudiantes del último año de la carrera de Farmacia. Los estudiantes asistieron a un curso en el que se unió la farmacia con el farmacéutico en un único vínculo. Creo que este curso es muy positivo para los estudiantes ya que son asuntos que no se ven tanto en la facultad.
Nosotros vamos a la universidad una vez al año y a lo mejor podemos llegar a 150 estudiantes, en el caso de la UBA y la UNLP, nos escucharon 40 alumnos.
Otro detalle importante es que este es uno de los pocos acontecimientos donde hay un encuentro de cooperativas farmacéuticas
Si, Estos encuentros cooperativos se vienen organizando hace 25 años.
¿Qué fue lo mejor de las Jornadas?
La respuesta de la gente cuando me decían “te agradezco” y la posibilidad de haber llegado con nuestro mensaje. Y que casi 400 personas se sintieran cómodas y que hayan aprovechado a los disertantes. También es importante que hayan recibido información de Cafar y que, aunque los temas se repiten, tratamos de darle cada año más relevancia a las jornadas por medio de mejores disertantes. Cuando me dicen: “Que bueno que estuvo, gracias” para mi es lo más importante.
A finales del 2011 hubo elecciones en la Caja y se renovaron varios cargos y comenzó una nueva presidenta: la colega María Rosa Deganis. ¿Cómo fue este primer año de gestión?
Lo viví como una responsabilidad muy importante y a la vez con tranquilidad. Yo fui secretaria durante muchos años y tenía algo de conocimiento, aunque los cargos son diferentes. Pero fundamentalmente tengo todo un equipo que me está respaldando y un vicepresidente incondicional.
Lo interesante es que quienes trabajan conmigo, ya sea el secretario o el tesorero, aceptan las diferencias y las distintas opiniones. Este es un Directorio abierto y cuando estamos en reunión somos todos iguales, hay un ida y vuelta permanente y eso fortalece mucho a quien es, accidentalmente, presidente y lo ayuda mucho en la gestión.
Es interesante como la renovación de autoridades también tiene que ver con la formación de cuadros gerenciales farmacéuticos. Es interesante como se van formando lo nuevos colegas que van ingresando.
Aquí está en juego la jubilación de todos los farmacéuticos y si de repente llegara alguien que no sabe como es el manejo y que no conozca sobre inversiones, por ahí sale bien, pero es un riesgo. Por eso nosotros todos los años en forma habitual vamos incorporando gente. Comienzan como suplentes, luego pasan a ser titulares.
¿Cuándo asumió la presidencia pensó en desarrollar algún perfil determinado de gestión?
Cada uno le pone su impronta personal a todo lo que realiza en su vida, aún en las cosas más pequeñas.
Mi impronta es la comunicación: que los colegas conozcan que es lo que pueden encontrar en la Caja.
Por eso viajamos y esa fue una experiencia maravillosa. El primer lugar que visitamos fue La Plata y fue la reunión más organizada que tuvimos porque el colega Alonso coordinó la reunión, organizando el orden de las preguntas. Ocurre que todos nosotros somos muy conversadores y cuando vamos a una reunión nos “matamos” por hablar.
Esto demuestra la espontaneidad con la que nos manejamos. Nosotros salíamos a las filiales con una presentación y desarrollábamos un tema que a nosotros nos parecía interesante.
Ami me parece que nosotros tenemos que abrir el juego, que nos pregunten lo que quieran, si podemos respondemos y si no quedará pendiente para revisar y luego respon der. Creo que el bien más preciado que tiene el ser humano es la libertad y dentro de ella está la libertad de que un colega me pregunte lo que quiera. Yo tengo la obligación de responderle.
También avanzamos con las convocatorias en la reunión de delegados.
Cuando viajan siempre hay un canal formal de respuestas y lo que pasa por afuera…
Lo que se escucha por afuera es muy positivo para nosotros. La gente empieza a entender que es CAFAR y que tiene muchos beneficios para darle. Que los colegas aportan y tienen un beneficio muy importante que puede crecer en el futuro. Nosotros abrimos el “libro de Cafar” para que todo se vea y se pregunte. Me parece que Carlitos (Saibene, el anterior presidente de la Caja) tuvo una muy buena administración y una buena gestión como Presidente y me va a costar llegar a su calidad, pero yo le doy mi impronta y creo que se hace camino al andar.
¿Cómo llegan a la Asamblea pensando en las complicaciones que se están viviendo en la provincia?
Vamos a llevar como un compromiso a la Asamblea revisar todos los reglamentos de subsidios y de préstamos. Haremos durante todo este año una revisión de lo que comprende a los beneficios farmacéuticos. Ver qué se puede modificar y trabajar sobre ello. Hay algo que tenemos pendiente con Tato y es empezar a trabajar sobre el voto electrónico, que para nosotros es una prioridad.
La forma de votar actual conlleva costos importantes que tenemos que enfrentar, aunque se trate de una sola lista. En nuestra institución es más fácil implementarlo que, por ejemplo, en el Colegio provincial, porque no manejamos temas políticos. Pero creemos que es más ágil y tiene garantías de seguridad para cualquier acto eleccionario.
¿Cómo afecta la situación económica de la provincia a Cafar?
No la altera en absoluto, la Caja tiene una continuidad de 47 años. Y en este momento, en donde todas las inversiones resultan ser negativas con respecto a la supuesta inflación (porque nunca sabemos cuál es la real), un momento en que las tasas son negativas como ahora, nosotros tenemos un aumento significativo del módulo en lo que hace al jubilado.
La Caja tiene continuidad y nosotros mantenemos la misma política que tuvo desde sus inicios adecuándola a la realidad actual. Aprendimos a cuidar nuestra Caja y desde mi visión el futuro está asegurado.