El hepatólogo Fernando Bessone, integrante del Comité Internacional de Vigilancia en Hepatotoxicidad, advierte sobre el peligro del uso desmedido de este tipo de drogas: en los últimos tres años crecieron del 1 al 8 por ciento los daños en Argentina.
El doctor Fernando Bessone, médico hepatólogo, integra el Comité Internacional de Vigilancia en Hepatotoxicidad junto a colegas chilenos, brasileños y españoles, con quienes acaba de publicar un trabajo que es un alerta al que la comunidad debería prestar atención: “Diferentes fenotipos de hepatotoxicidad asociada al uso ilícito de anabólicos androgénicos esteroides”, que fue publicado en la revista Alimentary Pharmacology and Therapeutics, demostró que entre 2010 y 2013 la hepatotoxicidad relacionada con el uso de anabólicos pasó del 1 al 8 por ciento, de acuerdo a los casos del Registro Hispano-Lationamericano.
“Los anabólicos son drogas que se utilizan para situaciones relacionadas con ciertas carencias hormonales, cuando están adecuadamente indicadas. Pero hoy, la proliferación de su uso y las ofertas de acceder a compuestos que contienen anabólicos, y que están por fuera del circuito del medicamento y de su control, hacen que nos tengamos que dedicar a su análisis y estudio. Y, en este caso, emitir un alerta”, advierte Bessone, y se explaya: “El exceso de consumo está creciendo en algunos países y Argentina es uno de ellos. La literatura médica había publicado 11 casos; nosotros, en nuestro estudio, recolectamos 25 casos, 3 de ellos son argentinos; demostrando que, en los últimos tres años, el consumo de anabólicos creció del 1 al 8 por ciento”.
—¿Cómo y dónde se adquieren?
—Su venta es indiscriminada. Se ofrecen por internet. Se los adquiere fácilmente por esa vía. Productos que enmascaran el anabólico con polivitamínicos. Hay que tener cuidado. Nosotros advertimos la presencia de estanozolol en esos preparados en nuestro artículo. Existe un registro internacional para el estudio de la hepatotoxicidad con asiento en Málaga, España. En Latinoamérica se ha creado un registro propio, Hispano Latino Americano, que ya cuenta con 162 comunicaciones. Nuestro trabajo es coordinar los reportes de nuestro subcontinente para discutirlos con los colegas de Málaga hasta que son aceptados. Tanto en España como en Argentina, los esteroides anabólicos se venden rigurosamente bajo receta. El estanozolol, que antes se hacía intramuscular, ahora se suministra en pastillas, lo que facilita aún más su consumo”.
—Se asocia fácilmente anabólicos con gimnasios…
—Totalmente. El esteroide anabólico aparte de los efectos beneficiosos en las carencias hormonales, aumenta la síntesis de proteínas y favorece el aumento de la masa muscular. En estos momentos hay una prensa y una difusión notables dirigidas al culto al cuerpo junto al despliegue publicitario de estos productos que se exhiben a todo color y despliegue en algunas revistas. Si se une esto al perfil de algunas personas con rasgos narcisistas que aspiran a que su cuerpo hable por ellos, se llega al incremento de la demanda de estos productos que se ofrecen camuflados como polivitamínicos.
—¿Qué consecuencias puede tener el uso de estos anabólicos cuando no están recetados bajo control médico?
—El hígado es un “órgano blanco”. Son productos que se toman por períodos largos; y puede haber en algunas personas una vía metabólica dispuesta, lo que acumula metabolitos tóxicos. A través de la casuística estudiada pudimos arribar a conclusiones interesantes. Estas drogas son productoras sobre todo de daño celular, pero, al mismo tiempo, retienen sales biliares y bilirrubina; por esta razón estos pacientes llegan amarillos a la consulta, con mucha retención de pigmentos, con bilirrubina de niveles altos, conformando un cuadro que tarda mucho tiempo en recuperarse. Estos pacientes corren el riesgo de muerte por medio de una falla hepática fulminante.
—¿Amerita, entonces, que la persona que está tomando estos anabólicos vaya a la consulta y pueda ver el estado de su hígado y sus vías biliares?
—Sí, así debería ser. Pero, además, hay otro punto que se comenta poco: producen adicción y al dejarlos de ingerir aparecen insomnios, ansiedad, astenia, depresión y desarrollan síndrome de supresión.
—¿Existen alimentos que generen hepatotoxicidad?
—Es menos frecuente. Sí existen algunas hierbas que se consumen mucho más de lo que el vulgo sospecha. Hay que tener cuidado con las hierbas porque pueden producir hepatitis muy graves. Cuando nos enfrentamos con una hepatitis y no le podemos encontrar su origen, indagamos sobre la ingesta de hierbas. También algunas medicaciones homeopáticas que mezclan varios principios producen hepatotoxicidad.
—Por otro lado, ustedes advierten sobre la interacción medicamentosa…
—Exacto. Algunos principios activos participan de la misma vía metabólica. Por ejemplo, tomar mucho alcohol con la ingesta de 4 gramos diarios de paracetamol, en un hígado sano, puede desatar una hepatitis severa por paracetamol. Éste es un medicamento usado por mucha gente. Y existe total ignorancia en la población y en medios profesionales. Por eso nosotros insistimos en este tema en la carrera de post grado.
—¿El hígado es la causa más importante por la cual un fármaco debe ser retirado del mercado?
—Hay sustancias que hacen daño hepático que se vuelve crónico antes de que estallen los alertas. Son las hepatitis crónicas por fármacos que terminan en cirrosis hepática, cuya única solución es el trasplante hepático. Nosotros tenemos identificadas algunas sustancias, muchas de las cuales comienzan produciendo grasa en el hígado y llevan a la fibrosis. Puede haber mucho daño en forma silente sin que el paciente se entere. Por eso me parece sensato lo del control.
En EE.UU. advierten sobre los efectos secundarios
El uso excesivo o incorrecto de los esteroides anabólicos es una tendencia que se ha ido incrementando en los últimos tiempos. El Nida (National Institute on Drug Abuse, http://www.drugabuse.gov/), explica que los esteroides anabólicos son substancias producidas, similares a las hormonas sexuales masculinas (testosterona). Se utilizan para mejorar el rendimiento deportivo y aumentar la masa muscular, sin tener en cuenta los graves efectos secundarios que puede producir, tales como infertilidad, interrupción del crecimiento (cuando se utiliza en adolescencia), aumento del colesterol y de la presión arterial; además de daño estructural y colestático del hígado. Advierte que, si bien comités de control sobre el uso de drogas están siendo más estrictos en la detección del uso de anabólicos para desalentar su uso, nuevas drogas de diseño son producidas que logran sortear estos controles al menos temporalmente.
Un caso particular es el que reporta el ente que regula los fármacos en EE.UU, FDA (Food and Drug Administration), cuando envió una carta de intimación a una empresa, debido a irregularidades en la descripción y el etiquetado de varios de sus productos.
Según la FDA, los productos no daban información adecuada acerca del tratamiento que debe seguirse para obtener los resultados esperados por la droga. Además, se minimizaban o suprimían ciertos efectos secundarios en la página web de la empresa.
La descripción de los productos según la empresa, indicaba que todos estos eran suplementos dietarios, siendo que sus componentes activos (modificaciones de esteroides anabólicos conocidos), son clasificados como fármacos según la FDA. Hoy, la página web de la empresa sigue activa. En ella se puede ver que la descripción del producto ha sido reducida a cuatro o cinco palabras puntuales, en vez de una descripción exhaustiva. Además, la página web, cuenta con un carrito de compras en el cual se exhibe solamente la foto del producto, donde se puede adquirir a través de una tarjeta de crédito.
Fuente: elciudadanoweb.com