No se aconsejan ciertos analgésicos después de un ataque cardiaco, según un estudio

tlmd_shutterstock_analgesicos_nUnos analgésicos comunes como el ibuprofeno y el Celebrex podrían aumentar el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular (ACV) y/o hemorragias graves de los supervivientes a un ataque cardiaco que toman anticoagulantes, según un estudio reciente.

El hallazgo podría provocar una gran preocupación, ya que estos analgésicos (conocidos como antiinflamatorios no esteroides [AINE]) y los anticoagulantes son muy usados por los supervivientes a ataques cardiacos, señalaron los investigadores.

“Por todo tipo de motivos, a muchos de nosotros nos ha preocupado el uso de los AINE en el contexto de un ataque cardiaco durante mucho tiempo”, dijo el Dr. Charles Campbell, jefe de medicina cardiovascular del Sistema de Salud Erlanger de la Universidad de Tennessee, en Chattanooga. “Por ejemplo, sabemos que los AINE tienen un efecto adverso sobre los riñones. Y hace tiempo que nos preocupa que lo que este estudio ha encontrado fuera lo que iba a pasar”.

Al parecer no hay un periodo de tiempo seguro para tomar un AINE. El riesgo de sangrado aumentó incluso en el plazo de 3 días desde que se empezó a tomar un AINE, indicó el equipo en la edición del 24 de febrero de la revista JAMA.

“Sin lugar a dudas minimizaría el uso de los AINE si un paciente entra dentro de esta categoría”, dijo Campbell.

Muchas personas usan analgésicos no esteroides por molestias musculares y dolor de la artritis, señaló Campbell, coautor de un editorial que acompañaba a los hallazgos. “No podemos simplemente decirles que se aguanten. Pero tendremos que pensar en unas soluciones distintas para estas personas, porque el riesgo de los AINE es demasiado alto”, añadió.

Algunos de los AINE de venta libre comunes en Estados Unidos son el ibuprofeno (Advil, Motrin y Nuprin) y el naproxeno (Aleve y Naprosyn). Los que pueden ser recetados incluyen al diclofenac (Voltaren, Cambia) y el llamado inhibidor de la COX-2, el celecoxib (Celebrex).

Un equipo dirigido por la Dra. Anne-Marie Schjerning Olsen, del Hospital de la Universidad de Copenhague, examinó el uso de los AINE por parte de unos 62,000 pacientes daneses que sobrevivieron a un primer ataque cardiaco entre 2002 y 2011.

Todos tenían a partir de los 30 años de edad (con una edad promedio de 68) y todos habían sobrevivido al menos un mes tras el alta hospitalaria. Más de 6 de cada 10 eran hombres.

Los expedientes hospitalarios nacionales daneses revelaron que todos empezaron a seguir algún tipo de tratamiento anticoagulante, como la aspirina o el clopidogrel, tras el ataque cardiaco.

Durante un periodo de seguimiento de aproximadamente 3.5 años, el 30 por ciento volvieron a ser hospitalizados como resultado de otro ataque cardiaco, ACV o eventos cardiacos parecidos. Casi el 10 por ciento sufrieron una hemorragia (en la cabeza, en el tracto respiratorio, el tracto urinario y/o en el tracto gastrointestinal). Y el 30 por ciento fallecieron durante el seguimiento.

Los investigadores indicaron que más de un tercio estaban tomando al menos un AINE junto con su medicamento anticoagulante. Y determinaron que al hacerlo (independientemente del tipo de AINE o anticoagulante que estuvieran tomando) aumentó significativamente su riesgo de sufrir complicaciones graves y/o de muerte.

“Yo diría que este problema podría ser incluso una causa más grande de preocupación en Estados Unidos que en la población del estudio”, dijo Campbell, “porque los europeos generalmente tienen un menor acceso a los AINE de venta libre que los estadounidenses. Apostaría a que el uso de AINE entre los estadounidenses que han sobrevivido a un ataque cardiaco es incluso mayor”.

Campbell advirtió a los médicos que no recomendaran el uso de AINE a sus pacientes con problemas cardiacos, excepto la aspirina en una dosis baja.

El Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología en la Universidad de California, en Los Ángeles, dijo que las investigaciones anteriores ya han planteado preocupaciones sobre el uso de los AINE y su vínculo con complicaciones cardiovasculares.

“Desde 2007, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ha recomendado que se evite el uso de los AINE para los pacientes con, o en riesgo de, enfermedades cardiovasculares, de modo que se limita el uso de los AINE a los pacientes para los que no hay alternativas apropiadas”, dijo. Y entonces debería usarse con la dosis más baja y durante el periodo de tiempo más corto que sea necesario, añadió.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Charles Campbell, M.D., chief, division of cardiovascular medicine, University of Tennessee Erlanger Health Systems, Chattanooga, Tenn.; Gregg Fonarow, M.D., professor, cardiology, University of California, Los Angeles; Feb. 24, 2015, JAMA

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