Más de un millón de argentinos sufre esta afección, que suele aparecer después de los 40 años y puede conducir a la ceguera; en su Día Mundial, oftalmólogos instan a realizarse controles oculares periódicos
“Siempre tuve una buena visión y por eso no me molesté en ir al oculista. Pero desde hace algunos años mi campo visual se redujo y comencé a tropezarme con cosas que no alcanzaba a ver o me chocaba la cabeza con cosas que no veía a mi lado”, relató Carlos Mujica, un empresario de 48 años.
El diagnóstico médico que recibió a los pocos meses fue claro: glaucoma [de ángulo abierto]. Y la explicación de su oculista fue simple: “Es como si estuvieses viendo a través de un túnel. Perdiste parte de tu visión lateral [periférica]”.
Con el tiempo, la visión central (hacia al frente) también puede disminuir hasta que se pierde por completo, ya que es una enfermedad que no tiene síntomas, no causa dolor y algunas veces, termina en una ceguera irreversible.
Los oftalmólogos suelen llamar coloquialmente al glaucoma como “la enfermedad del ladrón silencioso de la vista”, ya que al no presentar síntomas, las personas afectadas pueden llegar a perder hasta un 40% de la visión antes de darse cuenta de que algo sucede con su vista.
“Dentro del ojo hay un líquido transparente que nuestro cuerpo produce y elimina continuamente. Si se bloquea el drenaje de este líquido por sus canales naturales, se produce acumulación y aumento de presión dentro del ojo. Esta presión aumentada disminuye el flujo de sangre y comprime el nervio óptico, llevando a la pérdida de la visión”, explicó Daniel Grigera, jefe del Servicio de Glaucoma del Hospital Oftalmológico Santa Lucía.
“El glaucoma, generalmente relacionado al aumento de presión intraocular, es una patología especialmente peligrosa porque en sus inicios no suele presentar síntomas y en la actualidad no tiene cura. Sin embargo, una vez que se lo detecta, su progresión puede ser detenida”, agregó Grigera que es miembro del Consejo Argentino de Oftalmología y se suma a la Campaña Nacional para su detección en el Día Mundial del Glaucoma.
María Florencia Cortínez , médica del servicio de Oftalmología del Hospital Alemán explicó que se pueden distinguir dos tipos de glaucoma: de ángulo abierto o de ángulo cerrado, según la amplitud del ángulo por donde se drena el líquido llamado “humor acuoso” que circula dentro del ojo.
“El primero de ellos, el de ángulo abierto, es el más frecuente, pero es importante diferenciarlos ya que en los de ángulo cerrado el paciente no debería utilizar medicación como los antiespasmódicos”, comentó.
Los factores de riesgo para el desarrollo del glaucoma son la edad (aumenta la incidencia a partir de los 40 años), el antecedente familiar, diabetes, el uso crónico de corticoides y la miopía severa, entre otros.
“Dado que los síntomas aparecen cuando la pérdida visual es severa e irreversible, el control anual resulta fundamental. Si al momento de realizar el control de presión ocular ésta se encontrara en el límite o por encima de él, el oftalmólogo le sugerirá una serie de estudios y controles para arribar al diagnóstico e implementar la conducta más adecuada a cada caso”, explicó Cortínez.
“Por lo general, la acumulación de presión del fluido ocurre gradualmente, lo cual no genera síntomas molestos o dolorosos”, afirmó el doctor Aldo Da Pra, jefe del Servicio de OftalmologíaClínica San Camilo.
Da Pra explicó que en algunas variedades poco frecuentes de glaucoma los síntomas pueden ser más severos, como por ejemplo:
- Visión borrosa
- Dolor de ojos y de cabeza
- Náuseas y vómito
- La aparición de halos color arcoiris alrededor de las luces brillantes
- Pérdida repentina de la visión
“El tratamiento contra el glaucoma es diferente según el estadio de la enfermedad y la respuesta del paciente a la terapéutica propuesta. Lo más frecuente es comenzar con colirio antiglaucomatoso y, si la respuesta no fuera satisfactoria, agregar una o más medicaciones”, afirmó Cortínez.
Su colega, Grigera, agregó: “En otros casos, se pueden recomendar cirugías para facilitar la salida del líquido acumulado, y en otras ocasiones con rayo láser, dependiendo del tipo de glaucoma que sea. Por esta razón, es fundamental la visita al médico oftalmólogo, ya que con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado puede preservarse la vista”.
Recordando nuevamente que esta enfermedad no da síntomas sino hasta etapas muy avanzadas, la prevención más eficaz que se puede hacer es el control oftalmológico anual.
“En primer lugar, la recomendación es que la revisión para el glaucoma forme parte de los exámenes oculares de rutina en niños, adolescentes y adultos. Es importante destacar que todas las personas alrededor de los 40 años deben hacerse exámenes integrales para descartar el glaucoma, y luego, cada dos o cuatro años. Si el paciente se encuentra dentro de las personas con mayor riesgo, debe hacerse el examen una vez por año, a partir de los 35 años”, completó Da Pra.
El doctor Fabián Lerner, ex-presidente de la Sociedad Panamericana de Glaucoma y presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología resaltó que “es importante que las personas conozcan sobre esta enfermedad, sus síntomas y factores de riesgo, y que acudan hoy y periódicamente al oftalmólogo a realizarse exámenes oculares,”
En el caso de los pacientes ya diagnosticados, es clave el cumplimiento continuo del tratamiento para retrasar la progresión de la enfermedad y evitar la pérdida de la visión.
En la Argentina, padecen glaucoma más de un millón de personas. Prevalece en más del 3 % de la población de mayores de 40 años y del 7% en mayores de 75 años.
El glaucoma afecta a más de 65 millones de personas en todo el mundo y ha dejado ciegas a más de ocho millones, de acuerdo a las proyecciones de un estudio publicado en la revista British Journal of Ophthalmology. Es además la causa principal de ceguera irreversible a nivel mundial, según la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés).
La Campaña Nacional de Detección del Glaucoma que organiza el Consejo Argentino de Oftalmología desde 1997 en forma ininterrumpida, logró hasta 2014, que más de 48.000 pacientes fueran controlados en el contexto de este emprendimiento solidario.
Fuente: Diario La Nación