Los expertos señalan que la cantidad es muy baja y, en principio, no tendría efecto en la mayoría de los intolerantes a la lactosa. Las alternativas son escasas entre los anticonceptivos, antibióticos y antidepresivos.
Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el 34% de la población española sufre intolerancia a la lactosa -muchos no están diagnosticados o su umbral de intolerancia es muy bajo-, aunque otros estudios elevan este porcentaje al 40%. Son personas que padecen un déficit de la enzima lactasa en su intestino, lo que les impide una correcta absorción de los azúcares que contiene la leche. Al pasar esta sustancia al intestino grueso (el colon), se fermenta y produce dolores abdominales, diarrea y gases, en la mayoría de los casos.
Como explica el doctor Luis Miguel Benito, especialista en el aparato digestivo, la intolerancia a la lactosa “es un fenómeno muy frecuente y, aunque muy variable entre las diferentes razas, en casi todas se observa una incidencia progresiva con el envejecimiento. Con los años vamos perdiendo capacidad de digerir la lactosa, perdemos lactasas intestinales”. Sin embargo, los médicos actualmente no pueden medir la cantidad de enzimas lactasas en el organismo y, por tanto, el grado de intolerancia de cada persona y la cantidad que puede tolerar de lactosa.
Por ello, cada paciente debe fijar su propio umbral y probar qué productos le sientan bien y cuáles le ocasionan malestar. Desde ADILAC (Asociación de intolerantes a la lactosa), su presidente Oriol Sans reconoce que el asunto de los medicamentos, junto al de alimentos, es una de las prioridades de los afectados por esta carencia genética. “En el caso de los alimentos, la normativa europea ha ido solucionando las deficiencias, sustituyendo ingredientes o con el correcto etiquetado de los productos; sin embargo, en el caso de los fármacos estamos bastante mal. Hay muchos pacientes que se dan cuenta al llegar a casa de que el medicamento que le han vendido en la farmacia lleva lactosa y no sabe si puede tomarlo o no”.
Lactosa en el 20% de los medicamentos
Según la literatura médica, un 20% de los fármacos de uso común (unos 800) tiene la lactosa entre sus componentes. Esta sustancia actúa como excipiente para la conservación de las propiedades del medicamento. Sin embargo, como señala el doctor Federico Argüelles, del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla y experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), “la cantidad de lactosa presente en estos fármacos no es muy alta y, en principio, no debería afectar a los que padecen intolerancia. Sí pueden manifestarse síntomas cuando el consumo de estos medicamentos se alarga en el tiempo o se combina la toma de varios a la vez”.
El doctor Benito coincide en que lo importante es evaluar el grado de intolerancia de cada persona. “Un vaso de leche contiene de 12 a 15 g de lactosa. Los que no son intolerantes pueden tomarse un vaso sin problemas. Se habla de intolerancia leve si los síntomas de flatulencia o diarrea aparecen con ingestas de 9-12 g de lactosa. Es moderada si la sintomatología se produce con ingesta de 5 a 9 g y severa si aparecen síntomas con menos de 5 g. De todas las personas con intolerancia, apenas un 6% se puede considerar severa. E incluso entre los pocos que tienen intolerancia severa, la cantidad de lactosa presente en un medicamento es mínima para provocar síntomas”.
Sin embargo, desde la asociación ADILAC reconocen que es una preocupación que en los últimos años se ha acrecentado entre sus socios y que tienen “problemas” para encontrar medicamentos sustitutivos en algunos campos, “como los antidepresivos y los anticonceptivos”. También es muy habitual el excipiente de lactosa en los antibióticos. “La industria farmacéutica es conocedora de que cada vez se diagnostican más intolerancias y, por tanto, está buscando alternativas para ofrecer en el mercado fármacos que no contengan lactosa”, asegura el doctor Argüelles.
Otra alternativa son los inhibidores, suplementos de lactasa intestinal que permiten al paciente absorber los azúcares en su intestino y que la lactosa -tanto delmedicamento como de un vaso de leche- no le produzca malestar. “Es importante recordar que estos medicamentos siempre deben consumirse bajo prescripción médica”, según advierte el presidente de ADILAC.
PM Farma ( Argentina )