El Ministerio de Salud recordó que el cigarrillo electrónico está prohibido en la Argentina ya que no hay evidencias científicas que prueben que ayude a dejar de fumar. “Ante la aparición reiterada de personajes haciendo uso de cigarrillos electrónicos en ficciones televisivas que se emiten en horario central, el Ministerio de Salud de la Nación recuerda que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió la comercialización de ese producto en el país en el año 2011”, advirtió la cartera que conduce Juan Manzur en un comunicado.
Además, subrayó que la ANMAT tomó esa decisión por considerar que “no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar”, al tiempo que añadió que tampoco hay “pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano”.
El comunicado aclaró que la ley nacional de control de tabaco incluye al cigarrillo electrónico y establece la prohibición de usarlo en “lugares de trabajo cerrados”, por lo que el Ministerio de Salud consideró que “los estudios de televisión se enmarcan dentro de esta restricción”.
“El primer mensaje que hay que dar es que no sirve para dejar de fumar. Por el contrario, hay estudios que muestran que los jóvenes empiezan a fumar con más frecuencia cuando prueban el cigarrillo electrónico y de que muchos tienen nicotina, y eso aumenta la frecuencia cardíaca y la presión, y por ende generan más riesgo de sufrir infartos y ataques cerebrales. No es un chupetín, sino un producto peligroso”, señaló en diálogo con Infobae el coordinador del Programa Nacional de Control de Tabaco, Jonatan Konfino.
“Con las leyes de protección ambiental se intentó ‘desnormalizar’ el consumo de tabaco. Lo normal es no fumar. A través de la publicidad se ha generado la idea de que para ser exitoso o sensual hay que fumar. Pero eso es una falacia. Uno de los riesgos del cigarrillo electrónico es volver a normalizar el consumo”, abundó el especialista.
En el comunicado, el Ministerio de Salud sugirió que hay evidencia científica sobre la relación entre la iniciación de jóvenes en el consumo de tabaco y su uso en escenas de cine y televisión. De hecho, hay estudios que demuestran que más de la mitad de los jóvenes empiezan a fumar luego de ver a personas públicas haciéndolo.
Por eso, Konfino recomendó que “en caso de que por cuestiones artísticas los productores consideren apropiado mostrar personajes fumando, es importante que se otorgue, en la misma medida, un espacio para dar un contramensaje sanitario, que recuerde los daños que produce el tabaco y su humo, no sólo en fumadores sino en fumadores pasivos, que en este caso serían todos los que trabajan en el set de grabación”.
A mediados de 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció por primera vez sobre el tema, desalentando su uso. A su vez, dos años más tarde presentó un informe que señala que no está probada su inocuidad ni que ayude a dejar de fumar. Y subrayó que el vapor en el pulmón podría generar daños a la salud.
En abril los periodistas Jorge Lanata y Alberto Bautista “Beto” Casella se mostraron en público fumando un cigarrillo electrónico. Al respecto, la ONG Basta! hizo un llamado “a las personalidades públicas que estén a favor de una vida sin manipulación ni engaños a que difundan mensajes en contra del tabaquismo y a favor de la vida saludable”.
La ANMAT prohibió su comercialización en 2011, y la Ley Nacional de Control del Tabaco contempla las mismas restricciones para su consumo que las que alcanzan al cigarrillo de tabaco común.
Ante la aparición reiterada de personajes haciendo uso de cigarrillos electrónicos en ficciones televisivas que se emiten en horario central, el Ministerio de Salud de la Nación recuerda que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió la comercialización de ese producto en el país en el año 2011, por considerar “que no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar”, al tiempo que añadió que tampoco hay “pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano”.
Asimismo, en el artículo 3° de la Ley Nacional N°26.687, de Control del Tabaco, así como también en su Decreto Reglamentario 602/2013, se incluye la regulación de la publicidad, promoción y consumo de “todos los productos elaborados con tabaco y los que sin serlo puedan identificarse con marcas o asociarse con ellos, de origen nacional o importados, como ser el cigarrillo electrónico”.
En la misma línea, la normativa prohíbe –en su artículo 23–, el consumo de tabaco en “lugares de trabajo cerrados, protegidos por la ley N°19.587 de Higiene y Seguridad del Trabajo”, por lo que se considera que los estudios de televisión se enmarcan dentro de esta restricción. “El cigarrillo electrónico no es inocuo y cada día tenemos más evidencia científica de que el vapor que emana contiene muchos tóxicos que son sumamente dañinos para la salud de fumadores y también de los no fumadores”, aclaró Jonatan Konfino, coordinador del Programa Nacional de Control de Tabaco de la cartera que dirige Juan Manzur.
En relación al tratamiento de la problemática del tabaquismo en los medios, Konfino detalló que “en caso de que por cuestiones artísticas los productores consideren apropiado mostrar personajes fumando, es importante que se otorgue, en la misma medida, un espacio para dar un contramensaje sanitario, que recuerde los daños que produce el tabaco y su humo, no sólo en fumadores sino en fumadores pasivos, que en este caso serían todos los que trabajan en el set de grabación”.
En este sentido, Konfino destacó que uno de los temas claves para abordar en los mensajes preventivos es “el hecho de que el cigarrillo electrónico no es un método comprobado científicamente como efectivo para dejar de fumar”. Además, el funcionario agregó que “existe evidencia en la que se advierte que las escenas con personajes fumando en cine y televisión aumentan la iniciación en el consumo de tabaco en jóvenes”.
Fuente: Infabae / infosalud