La remuneración de los servicios profesionales es clave para lograr la rentabilidad de la oficina de farmacia. Así se puso de manifiesto en la mesa de debate ‘Servicios en la farmacia. ¿Una oportunidad rentable?’, celebrada ayer durante la primera jornada de Infarma 2014 en Madrid.
En este sentido, Rafael Puerto, vocal de Formulación Magistral del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y moderador de la mesa, puso de manifiesto la complicada situación que atraviesa la farmacia, con bajadas de precios, de márgenes, traspasos de productos a la parafarmacia y otros factores que ponen en peligro, según manifestó, la viabilidad de la misma. Asimismo, destacó la evolución que muestra la sociedad “con una mayor tendencia a que la salud se centre en la prevención de enfermedades”. Unas características que, tal y como señaló, “llevan a la implantación de servicios necesarios para la sociedad”.
Por su parte, Carlos Raposo, subdirector general técnico del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, destacó la necesidad de que los farmacéuticos “seamos valorados y remunerados como agentes de salud“. A su manera de ver, esta es la única forma de que la botica alcance la sostenibilidad. En este sentido, recordó que todas las acciones que se tomen “siempre tienen más poder si se hacen de manera coordinada y protocolizada” y, así, señaló, es como se está actuando desde los colegios.
En el caso del colegio de Madrid, Raposo recordó los acuerdos alcanzados en materia de servicios profesionales con la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. “Hemos establecido con la consejería un decálogo de acciones por donde poder empezar a desarrollar esta cartera de servicios”, explicó. En un principio, aseveró, “comenzaron con el desarrollo de los Sistemas Personalizados de Dosificación y con el control del asma y el EPOC en las farmacias” lo que supone, declaró, “un primer paso de un largo camino”. Igualmente, destacó la necesidad de formación para poder ofrecer servicios de calidad en la farmacia, y, en este sentido, destacó los programas de formación del colegio.
Para Pilar Gascón, secretaria del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, la implantación de servicios en la oficina de farmacia es una necesidad. De este modo, durante su intervención, consideró fundamental “detectar cuales son los posibles servicios que se van a prestar y ver los requerimientos que debe tener la oficina de farmacia”.
A su manera de ver, los farmacéuticos “debemos ser valientes y poner precio a los servicios porque”, señaló, “realmente lo tienen”. Eso sí, Gascón aseguró que, en este momento, según los datos obtenidos en Cataluña basados en los servicios concertados con la administración regional “no son rentables para la farmacia”. Sin embargo, apuntó que son conscientes “por nuestros países vecinos, que pueden llegar a serlo pues, en estos países llegan a suponer el 30 por ciento de los beneficios de la farmacia”.
Por otro lado, Susana Gutiérrez, subdirectora general de Ordenación Farmacéutica de la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, insistió en “acabar con el modelo clásico de oficina de farmacia y buscar nuevas fórmulas que permitan premiar el esfuerzo y el emprendimiento empresarial”. Aquí, Gutiérrez destacó la implantación de servicios profesionales que, tal y como dijo, “siempre tendrán que someterse a un control por parte de la administración y tendrán que acogerse a una serie de limitaciones que ya vienen recogidas en la normativa”.
Buscando el Modelo “Perfecto”
Los representantes farmacéuticos de varios países de la UE analizaron en Infarma-2014 los pros y contras de sus modelos. En lo que a nivel de prestaciones a la población se refiere, los modelos farmacéuticos de países como España, Italia, Francia o Alemania, agrupados todos ellos en el concepto de “farmacia mediterránea”, aprueban con nota. Pero, teniendo en cuenta que todo es mejorable, en especial si entran en juego criterios como su viabilidad, Europa aún no cuenta con el modelo farmacéutico perfecto. Para encontrarlo habría que coger lo mejor de cada uno, como quedó patente en la mesa ‘Modelos farmacéuticos en Europa’, celebrada en la jornada inaugural de Infarma.
Por ejemplo, en la construcción del mejor sistema, España tendría mucho que aportar en cuestiones de accesibilidad. Nuestro modelo es el que cuenta con el menor ratio de población por farmacia (unos 2.000 ciudadanos por botica), mientras que en países vecinos como Francia se sitúa en 2.800, Italia (3.387), Portugal (3.500) y Alemania (3.800). En cambio, si de escoger el mejor sistema retributivo se tratase, sería Alemania donde convendría fijar la mirada.
Las 20.770 boticas alemanas trabajan con una tasa fija por acto de dispensación (8,35 euros, si bien puede tener un recargo del 3 por ciento máximo en determinadas circunstancias). “Así no dependemos del precio del medicamento ni facilita que haya intereses comerciales de los farmacéuticos en la dispensación de determinados fármacos”, indicó Karin Graf, miembro del comité ejecutivo de la Unión Federal de Asociaciones Farmacéuticas de Alemania (ABDA). Incluso, el acto de dispensación en servicios de urgencia de las boticas alemanas tiene una remuneración mayor (8,51 euros), una de las propuestas que se ha escuchado en España para hacer viable dicho servicio. En el resto de modelos mediterráneos, dependientes de un margen comercial “en decadencia”, existe unanimidad en considerar la retribución por acto como el más idóneo cara al futuro.
Francia es uno de los países que, contando con un sistema retributivo basado en el margen, los farmacéuticos no solo ya han pedido oficialmente al Gobierno un cambio al respecto (rebajando el margen pero a su vez proponiendo 0,80 céntimos por envase más 0,50 céntimos para medicamentos complejos) sino que también han abierto ya la puerta al cobro por servicios como contraprestación. Según indicó en esta mesa Eric Garnier, tesorero de Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia, el seguimiento a pacientes desde boticas se paga con 40 euros anuales por paciente, el mismo importe que, a partir de 2015, tendrá la realización de entrevistas periódicas y seguimiento a pacientes con asma severo.
Por su parte, el modelo italiano, que, para lo bueno y para lo malo presenta muchas similitudes con el español, podría aportar su granito de arena en la deslocalización de boticas en el ámbito rural. En Italia, según explicó Marco Nocentini, presidente de la Unión Regional de Farmacéuticos de la Toscana, en aquellos lugares en los que no existe oficina de farmacia rural (por desinterés profesional), los propios consistorios locales pueden abrir una denominada “farmacia municipal” para que la población no se quede sin servicio, la cual funciona, cara al público, como una botica más.
No obstante, esta situación también presenta sus contras, ya que los ayuntamientos pueden vender las farmacias, lo que “no solo las convierte en un bien económico cualquiera sino que puede hacer que se especule con ellas”. En cuestiones puramente numéricas, Italia aporta la menos distancia media (200 metros) entre boticas de Europa
Por otro lado, de Portugal conviene no imitar el proceso desregulador emprendido en 2007 (si bien obligado por la troika) y, en cambio, sí copiar la apuesta que hace su propia legislación al papel asistencial de las oficinas de farmacia, mencionando incluso servicios concretos. Según detalló Franklin Marqués, presidente de la Orden Dos Farmacéuticos de Oporto, más de 1.700 farmacias lusas hacen intervención farmacéutica en diabetes y un 42 por ciento de la población eligió en el último año a la oficina de farmacia como lugar en el que vacunarse.