Compartimos la carta documento de la colega Laura Raccagni*, publicada entre las cartas de lectores del martes 11 de marzo en el diario La Nación.

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Versión en texto:

El medicamento es un bien social y el farmacéutico, el profesional formado para garantizar su uso racional. Las medidas tomadas por el Gobierno juntamente con la industria farmacéutica, “sector de inmensa rentabilidad”, según afirmaciones de la señora Presidenta, no han tenido en cuenta la situación extrema en que se hallan miles de pequeñas y medianas farmacias que no pertenecen a poderosos grupos económicos y que son las que acercan el medicamento a la gente.

Desconocen seguramente que son estas farmacias las que sostienen el sistema de la seguridad social financiando y realizando enormes aportes con relación a los que realiza “la creciente industria farmacéutica”. Compramos caro y debemos vender a menor precio, financiar bonificando y cobrar sin fecha cierta.

Los farmacéuticos, como cualquier otro ciudadano, deseamos vivir dignamente de la profesión que elegimos, pero estas medidas ponen en peligro no sólo la provisión de medicamentos, sino también la sustentabilidad de la importante red sanitaria que forman las farmacias.