Los sucesores del viagra: cuándo hay que tomarlos

Por Philipp Laage (*)

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La marca Viagra perdió en junio de este año la protección de la patente, y con ello han bajado los precios de los medicamentos similares contra los problemas de erección masculinos. Pero eso no significa que haya que acudir a ellos sin consultar, sino que es importante conocer la causa de la disfunción.

Desde que venció la patente de la farmacéutica Pfizer para la famosa píldora azul han surgido más de una veintena de fabricantes en el mercado, que venden el citrato de sildenafilo bajo otras marcas. “Las ventas se han triplicado”, asegura Wolfgang Bühmann, portavoz de la Asociación de Urólogos Alemanes.

Antes se pagaba por cada 100 miligramos de sildenafilo entre 10 y 12 euros (entre 13 y 16 dólares), señala Bühmann. “El precio ha caído a un tercio o incluso a un cuarto”. Por eso, no sorprende que cada vez más hombres usen el medicamento, que mejora la circulación sanguínea en el pene. Sin embargo, los pacientes deberían ir al médico antes de usarlo, para aclarar la causa de la disfunción eréctil.

“En los años 90 se pensaba que las disfunciones eréctiles eran una cuestión psicológica. Luego se descubrió que gran parte tenían causas orgánicas. Lo que quiere decir que a veces la cabeza también influye”, indica el profesor Frank Sommer, experto en salud masculina en la Clínica Universitaria de Hamburgo-Eppendorf. Muchos hombres creían que si eran capaces de masturbarse o tenían una erección matinal entonces todo iba bien, “pero eso es muy distinto a tener relaciones sexuales”.

Por eso, el profesor destaca que “antes de la terapia hay que diagnosticar”, y subraya que el sildenafilo sólo funciona cuando hay problemas de circulación y psicológicos. Si hay ruptura de nervios, una falta de hormonas o debilidad en los músculos del suelo pélvico, no tiene ningún sentido tomar la medicina.

Si se excluyen los factores físicos, es posible que sea un problema psicológico. En estos casos, “el cuerpo es capaz de tener una erección, pero a veces se pone en huelga”, señala el psicólogo Rüdiger Wacker. “El trabajo en común consiste en preguntarse por qué el cuerpo actúa de esa manera“, señala este terapeuta sexual y de pareja.

Una causa común suele ser que la erección se ha sobredimensionado como el elemento central de la sexualidad. Y la solución que propone el psicólogo, aunque suene paradójica, es “olvidarse de la erección para que ésta vuelva el algún momento”. Eso implica que las parejas tienen que ocuparse de otras áreas de la sexualidad y descubrir qué otras cosas les dan placer.

Si un médico establece que el medicamento ofrecerá una solución, aún hay que determinar si el afectado tolera el citrato de sildenafilo. Dos sustancias habituales para tratar problemas de corazón –la nitroglicerina y la molsidomina- no son compatibles con el sildenafilo, explica el urólogo Bühmann.

Los efectos secundarios del sildenafilo y otras sustancias similares no causan daños a largo plazo, según Bühmann. A veces hay una sensación de acaloramiento. Y es posible ingerirlo con alcohol sin que haya “problemas químicos”. Pero para quien bebe mucho, no es una solución. “Ahí el problema es el propio alcohol”, destaca.l medicamento ofrecerá una solución, aún hay que determinar si el afectado tolera el citrato de sildenafilo. Dos sustancias habituales para tratar problemas de corazón –la nitroglicerina y la molsidomina- no son compatibles con el sildenafilo, explica el urólogo Bühmann.

* DPA