Sacó un arma de fuego y exigió los ansiolíticos

Ayer al mediodía en Villa Elvira, pese a que el clima obligó a la mayoría de los vecinos a quedarse en sus casas, fueron varios quienes se acercaron a la única farmacia abierta en varias cuadras a la redonda.

Como el movimiento de clientes era constante, el delincuente esperó el momento exacto en el que no hubiera nadie para actuar y entrar a robar.

Ocurrió ayer alrededor de las 13.15 en 80 entre 9 y 10. “Estábamos atendiendo como en un día común, con la puerta abierta”, describió Mercedes, la empleada que sufrió el asalto.

Ni bien cruzó la puerta, el ladrón hizo una maniobra que le llamó la atención a la mujer. “Tiró un cigarrillo y trabó la puerta para que quedara abierta”, contó la damnificada, que ya en ese momento percibió que algo extraño podía pasar.

Y no se equivocó. De inmediato el delincuente, de poco más de 20 años, sacó un arma y amenazó a la empleada y a su madre.

De esa manera, el asaltante consiguió llevarse del negocio alrededor de 300 pesos, el dinero que había en la caja a esa hora.

“También nos pedía que le diéramos cajas de ansiolíticos. Insistía bastante en eso”, agregó Mercedes, en diálogo con EL DIA.

En la mitad del asalto, la madre de la joven alcanzó a pulsar el botón antipánico que se utiliza en estas situaciones para pedir auxilio rápidamente a la Policía.

“Se empezó a escuchar el ruido de la alarma, y por eso el ladrón se escapó rápido”, señaló la empleada del negocio.

Por ese motivo, el delincuente salió corriendo a toda velocidad, y los damnificados no alcanzaron a ver si alguien lo esperaba a algunos metros.

“En estas situaciones, lo más probable es que, si no es un ladrón del barrio, haya un segundo cómplice implicado”, estimó una fuente policial.

Tras el hecho, las dos mujeres que sufrieron el asalto continuaron trabajando durante el turno de 24 horas que les toca cubrir, pero atendiendo por ventanilla.

Se trató del primero asalto que sufren en el comercio desde que, hace un mes, inauguraron el local.

El Día 17-06-13