Un programa hospitalario mejora la indicación de antibióticos

antibioticos hospitalesUn equipo halló que a los seis meses de implementar nuevas herramientas electrónicas y educativas en un hospital, los médicos cumplían las guías nacionales de tratamiento de neumonía infantil en el 100 por ciento de los pacientes, lo que mejora sustancialmente el delicado uso de antibióticos.

“Es un resultado muy confiable. Hicieron un trabajo increíble”, dijo el doctor Thomas Brogan, pediatra de la Facultad de Medicina de University of Washington, Seattle, y que no participó del estudio.

Brogan dijo que el programa del Hospital de Niños de Cincinnati serviría como modelo para otras instituciones que quieren mejorar sus prácticas para recetar antibióticos según las guías vigentes.

En el 2011, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas y la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos publicaron guías para tratar a los niños que adquieren neumonía en la comunidad.

Las recomendaciones dicen que los médicos deberían recetar ampicilina como una primera línea terapéutica, salvo cuando otras circunstancias exijan un enfoque distinto.

La ampicilina es un antibiótico de “espectro limitado”, lo que quiere decir que ataca a un cierto tipo de bacterias, a diferencia de los antibióticos de “amplio espectro”, que suelen usarse contra la neumonía.

Si una bacteria se hace resistente a la ampicilina, hay muchos otros antibióticos que podrían atacar a esos gérmenes. Pero la resistencia a los fármacos de amplio espectro deja a los médicos con menos opciones terapéuticas, según explicó Brogan.

El equipo de Lilliam Ambroggio, investigadora de la Facultad de Medicina de la University of Cincinnati, implementó un programa de mejora de la calidad para que el Hospital de Niños cumpla las guías del 2011.

Para eso, los autores educaron a médicos experimentados en el uso de las nuevas normas para recetar antibióticos y crearon una guía de referencia rápida para los médicos residentes.

Además, actualizaron las historias clínicas electrónicas del hospital para que el sistema, por defecto, proporcionara en una ventana en la pantalla de computadora del médico la lista de antibióticos recomendados para los pacientes con neumonía.

El equipo siguió la evolución del tratamiento de esos pacientes. Comenzó seis meses antes de la implementación del programa y lo continuó durante nueve meses. En ese período, los médicos trataron a 217 niños con neumonía.

En los seis meses previos al programa, los médicos rara vez entregaban una receta según las guías nacionales publicadas en la mitad del período de estudio. En la sala de emergencias, las prácticas de los médicos casi nunca coincidían con las recomendaciones, mientras que los médicos de piso lo hacían un 30 por ciento de las veces.

Ambroggio comentó que los niños recibían antibióticos, pero no los que las entidades profesionales considerarían adecuados.

Inmediatamente después de que el equipo comenzó a educar a los médicos, el cumplimiento de las guías aumentó al 80-90 por ciento y alcanzó, finalmente, el 100 por ciento en pocos meses, según publica el equipo en la revista Pediatrics.

“Fue mejor que

lo que habíamos anticipado”, comentó Ambroggio, que no pudo estimar el costo de la implementación del programa en otras instituciones.

Con todo, el estudio no prueba que el cumplimiento de las guías nacionales marque alguna diferencia en la salud de los niños o en la resistencia a los antibióticos.

Med Line Plus 18-04-13