Le hicieron dos inspecciones; Hallaron medicamentos vencidos, partidas de remedios compradas a droguerías de Rosario sin autorización para vender fuera de su jurisdicción, y el fraccionamiento de psicofármacos.
El Ministerio de Salud de Entre Ríos resolvió iniciar una investigación sobre la Farmacia Social del Círculo de Retirados y Pensionados de la Policía de Entre Ríos, que funciona en el local ubicado en 25 de Mayo 347, PB, local B, de Paraná, luego de que una inspección detectara, entre otras irregularidades, la existencia de medicamentos vencidos y el fraccionamiento de psicotrópicos, una práctica vedada por la legislación vigente.
A través la resolución N° 2.589, firmada por el ministro de Salud Hugo Cettour, las autoridades sanitarias de la provincia dispusieron la sustanciación de un sumario al farmacéutico Ángel Gustavo Aquino, en carácter de director técnico de la Farmacia Social del Círculo de Retirados y Pensionados de la Policía de la Provincia de Entre Ríos. La medida se adoptó después de dos inspecciones realizadas, una en 2008 y otra en 2010, y que arrojaron una serie de infracciones.
DOS INSPECCIONES. La farmacia del Círculo de Retirados de la Policía había sido habilitada a través de la resolución N° 5.063 de la Secretaría de Salud del 3 de septiembre de 2007. Pero un contralor de rutina efectuado cinco meses después, el 25 de febrero de 2008, por el Departamento Integral del Medicamento del Ministerio de Salud halló una serie de irregularidades. En ese momento, el farmacéutico a cargo no se encontraba en su lugar. Entre otros aspectos reprochables, se hallaron “libros reglamentarios desactualizados y recetas archivadas sin datos correspondientes al dorso”.
Pero en función del descargo presentado por el farmacéutico luego de aquella primera inspección, Salud realizó un segundo procedimiento el 3 de agosto de 2010.
Aunque esa vez las irregularidades fueron más graves, según se desprende del texto de la resolución oficial que ordenó el sumario al farmacéutico. Otra vez, Aquino no se halló al frente de la farmacia cuando llegaron los inspectores, y su ausencia “no estaba registrada en el libro recetario”; además, ese libro “poseía los registros atrasados veinticuatro días”, según se lee en la disposición que firmó el ministro Cettour.
Pero también, los inspectores se encontraron con el hecho de que “las recetas archivadas no poseen fecha de dispensa”. Por otra parte, “se detectan especialidades medicinales vencidas dispuestas para la venta”, y se constató la realización de compra de medicamentos a dos droguerías de Rosario, “establecimientos que no poseen registro de Anmat para realizar tránsito interprovincial, por lo que han adquirido medicamento a establecimientos no autorizados a comercializar fuera de sus provincias”.
PSICOFÁRMACOS FRACCIONADOS. La Farmacia de los Retirados de la Policía, según aquella inspección de Salud, “no reúne los requisitos mínimos para producir medicamentos magistrales, ni fraccionar, ni realizar ninguna manipulación en el mismo, por lo que se inhibe provisoriamente el área hasta la adecuación del ambiente”.
Otra irregularidad que detectaron los inspectores en la Farmacia Social del Círculo de Retirados de la Policía fue la verificación de que “se venden fraccionados en tabletas psicotrópicos, práctica prohibida por la legislación vigente”.
La farmacéutica Cristina Collino, jefa del Departamento del Medicamento del Ministerio de Salud, indicó que el sumario se inició por cuanto en aquella segunda inspección realizada las infracciones encontradas en la primera visita todavía se mantenían. “En enero de este año, volvimos con una tercera inspección y ya algunas infracciones se habían corregido, pero el sumario está en marcha, y continúa”, señaló.
—La farmacia sigue funcionando, a pesar de esas infracciones detectadas.
—Las infracciones que encontramos consideramos que no eran motivo de clausura. Hay otras infracciones que sí ameritan la clausura. A veces, no es lo mismo encontrar dos medicamentos vencidos, que encontrar 10 o 50. Lo que sucede a veces es que se los encuentra, pero están separados del resto, y sin identificación, lo que puede dar lugar a alguna confusión. En ese caso, es una irregularidad. La ley dice que deben estar separados e identificados como tales. Es decir, no solo que estén separados del resto, sino que estén identificados, porque si no se puede prestar a confusión. Es sólo un tirón de orejas para el farmacéutico, pero eso solo no puede ser motivo de clausura.
De la desregulación al ordenamiento
La década de 1990 produjo un desquicio en el mercado de los medicamentos, con una serie de instrumentos legales que introdujeron un concepto hasta entonces desconocido: la desregulación.
La idea era entonces que una ampliación de la oferta local de medicamentos habría de actuar como elemento disciplinador de la conducta empresaria, y controlar los precios a través de la ley de mercado.
Pero lo que produjo fue un aumento de la participación de los laboratorios extranjeros en el mercado de los medicamentos, y el precio de los medicamentos trepó a las nubes.
Argentina pasó a ser el quinto país más caro del mundo en el precio de los medicamentos.
Esto fue así hasta el fin de la convertibilidad.
Pero la nueva década obligó a poner en caja el mercado de los medicamentos en el país. Y el Estado otra vez empezó a actuar como regulador.
En 2005, cuando la Provincia organiza un área específica de contralor del negocio de los medicamentos en Entre Ríos, entonces las irregularidades en
las farmacias eran más corrientes.
“Ahora, son cada vez menos frecuentes, por suerte –dice Cristina Collino, responsable del Departamento de Contralor del Medicamento del Ministerio de Salud–. Gracias al trabajo de control y las constataciones en terreno, y a la incorporación de personal, ahora son cada vez menos frecuentes las irregularidades en las farmacias”.