La mañana del pasado sábado y, la de ayer, fueron casi calcadas para Jorge (47), el empleado de la farmacia de diagonal 73 entre 46 y 47. Es que en ambas ocasiones fue víctima de un asalto, a la misma hora, y a manos de los mismos ladrones.
El grupo que asaltó al farmacéutico estaba conformado por cuatro jóvenes, aparentemente menores de edad, y una nena.
Y también habían llegado de la misma forma: a bordo de un carro tirado por un caballo, que estacionaron en la esquina de 46 y donde los esperaban dos mujeres.
Tanto el sábado como ayer, el negocio atenía sus puertas abiertas y los ladrones aprovecharon esa situación para entrar e increpar al hombre dentro del local.
“Las dos veces me pedían lo mismo: medicamentos. Se los veía muy nerviosos y exaltados, querían llevarse todo lo que pudieran”, relató Jorge.
Los ladrones apuntaron a los psicofármacos: el sábado se llevaron cinco cajas de somníferos y ayer una tableta de “Trifamox”, explicó.
“En ambos casos, entraron y manotearon lo que tenían más cerca del mostrador. Yo trataba de entretenerlos para ver si mientras robaban pasaba algún policía por la calle para avisarle”, explicó el hombre.
Y así fue que ayer, finalmente, capturaron a los ladrones.
Mientras Jorge insistía con que ya se habían robado todos los medicamentos del local, un patrullero pasó por la cuadra y sus ocupantes consiguieron atrapar a los cuatro ladrones.
Lo que indignó a Jorge durante el robo del sábado último, fue que los delincuentes salieron caminando hacia el carro, estacionado a pocos metros. “Hasta yo los podía haber alcanzado a pie”, sostuvo.
“Antes teníamos un policía que custodiaba la cuadra, pero por falta de personal ya no pueden mandarnos a nadie que cubra esta zona. Por eso quedamos desprotegidos”, dijo la víctima.
dos robos violentos
Si bien los ladrones no golpearon al farmacéutico, lo amenazaron de varias formas.
“Me decían que me iban a matar, que me iban a quemar el local y que iban a seguir viniendo todas las veces que quisieran”, relató Jorge.
Esto fue lo que más alertó al hombre y que lo mantiene todavía hoy con miedo.
“A partir de estos últimos dos robos atiendo a puertas cerradas. Pienso seguir así hasta que no tenga garantías genuinas de que no me van a asaltar otra vez”, indicó.
“Estos ladrones pueden volver en cualquier momento, son capaces de cualquier cosa. Ya deben estar en la calle, porque son menores”, agregó el farmacéutico.
En 10 años funcionando en la cuadra, el comercio acumula 11 asaltos. Estos dos últimos fueron los únicos del año.
“Como tenemos un robo por año, los ladrones esta vez se pusieron al día y cumplieron con su cuota delictiva”, ironizó el hombre, mientras espera un cierre de 2012 sin sobresaltos.
“El Día” 26-06-12