El relato “Por las estanterías” de la colega Vivian Santori fue elegido por amplia mayoría como el mejor, original y más ingenioso de los cuentos enviados.
Por otro lado “Pueblo chico, un infierno grande” una de las crónicas enviadas por el colega Juan José Prieto recibió el Segundo lugar entre los casi cien relatos enviados.
Como recordarán, esta primera muestra de literatura farmacéutica estuvo dedicada a los turnos en la farmacia, ese tópico tan genuina y sufridamente nuestro, que ofrece ilimitadas posibilidades a la ficción y a la más cruda o divertida realidad.
Queremos agradecer la increíble imaginación de muchos colegas, también a quienes enviaron chistes variopintos, relatos que nos dejaron el ánimo por el piso, memorias que elevaron la temperatura de los lectores y a todos por haber aportado una mirada sobre lo menos conocido de nuestra profesión.
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